No puedo ni imaginar lo raro e incómodo que se debe sentir un padre, al momento de afrontar que uno de sus hijos no se siente cómodo con su género ni con su piel. Aunque pensemos que estas cosas son solo cosas de mentalidad, realmente hay personas a las que estas cosas les sucede ¿Cómo afrontar la situación? Expertos pueden tener diferentes opiniones, pero al final, lo único que vale es cómo se siente tu hijo y como te sientes tú, a la hora de hablar al respecto.
Kimberley Shappley, es una madre de 4 niños. Ella, fue criada en el cristianimos y es un miembro activo de su iglesia local, sin embargo, todas sus creencias y todo lo que ella pensaba, estuvo en tela de juicio cuando su hijo menor Joseph, a la edad de 18 meses de edad, comenzó a expresarse como una niña.
Siendo tan pequeño, se las arreglaba para convertir sus faldas en camisetas, se ponía camisas de manga larga alrededor de la cabeza y pretendía que era cabello. Debido a los otros 3 hijos de la familia, la casa era un lugar lleno de testosterona, por lo que su madre, algo asustada comenzó a comprarle poleras de superhéroes y juguetes de niño, pero a él no le interesaban.
A Joseph, hoy la llaman Kai, y esta es su historia.
“Como madre cristiana, siempre quise tener una familia tal cual, pero fue muy difícil para mí. Yo no estaba dispuesta a ceder ni a permitirle a Kai su transición, especialmente a una edad tan corta. Mi lucha interna me dio palizas a diario. Sentía que no podía ir en contra de todo lo que me habían enseñado a creer, sin embargo, tampoco podía dejar que mi hijito viviera tal agonía. No estaba lista para enfrentar el hecho de que uno de mis hijos, el más joven, de solo 1 año y medio, me dijera que era una niña”, comenta Kim.
Fue cuando Kai cumplió los 2 años, en que todos se percataron que tenía comportamientos muy femeninos y las preguntas sobre una posible homosexualidad comenzaron a incomodar a la madre. Fue un psicólogo infantil, que acude a la misma iglesia cristiana que Kim, quien le señaló que se trataba de algo real lo que sucedía con su hijo y que tal vez Kai, fuera transgénero.
Ya para los 3 años, Kai se refería a sí mismo, como una niña. Si su madre lo negaba, Kai la corregía. Kim, comenzó a acudir a sesiones con un psiquiatra y poco a poco comenzó a aceptar la historia de su hijo, buscó en internet y encontró una historia muy similar a la de Kai. De pronto, se encontró con un grupo secreto en Facebook, con otros padres cristianos de niños transgénero.
“Me encontré con un grupo de mujeres cristianas como yo, que no juzgarían ni a mi Kai ni a mi. Son las mujeres más amorosas que he conocido. Me ayudan a ser valiente. Ahora, contaba con el apoyo de otras madres como yo, que habían pasado por lo mismo que yo estaba pasando”, agrega.
De a poco, Kimberly comenzó a apoyar la transición de Kai, ahora de 4 años. Ella, se interpuso ante todas las opiniones de sus familiares y amigos, solo para apoyar a su hija. Kimberly, incluso ha considerado mudarse y comenzar de nuevo.
“Sabía que tenía que optar por mi hija, exactamente como Dios la creó. Me he rodeado de hombres y mujeres líderes en la comunidad transgénero y todos adoran a mi Kai y la animan a estar orgullosa de quien ella es”.
Cuando esta madre finalmente aceptó que Kai llegue a sus vidas, puso ropa interior de niña en su cajón. Cuando Kai la vio, saltó llorando de la emoción diciendo,
“Gracias mamita, gracias…”
Fue todo un reto para la familia, pero Kim está orgullosa de quien es su hija y le brinda todo el apoyo y amor que sea posible, al igual que a sus otros 3 hijos. Hoy, Kai tiene 6 años y es una hermosa niña, sana feliz y llena de amor.
¿Qué harías tú frente a una situación así? No olvides compartir la historia de esta familia.
