Fue en 2001 que todo el mundo se estremeció con el caso de Lauren Kavanaugh, la niña de 8 años que fue encontrada cautiva en el armario de su madre, durmiendo sobre sus propios desechos, desnutrida y con signos severos de abuso sexual, físico y psicológico.
Su terrible historia comenzó cuando, luego de ser dada en adopción a Bill y Sabrina Kavanaugh, su madre biológica la quiso “de vuelta”. La pequeña tenía 8 meses y los había pasado casi todos junto a sus cariñosos padres adoptivos.
La batalla legal de los Kavanaugh por mantener la custodia de su hija duró más de un año, perose vio frustrada por un error garrafal cometido por el abogado encargado del proceso de adopción: jamás presentó la documentación que ponía fina los derechos de paternidad de Bárbara -la madre biológica- sobre Lauren.
Cuando la niña tenía 2 años, el tribunal ordenó que fuese entregada de vuelta a su madre biológica. Entonces, la pesadilla comenzó.
Lauren llegó a la casa en que vivían Bárbara, su pareja, Kenneth Atkinson, y su hermana mayor, Blake. Luego tendría 4 hermanos más, pero la única que sufría abusos era ella.
Madre y padrastro abusaron de ella sistemáticamente por seis años. la encerraron en un armario, le privaban de comer, era golpeada y violada, obligada a dormir sobre su orina y sus heces, y más de una vez fue entregada a otros hombres para que abusaran sexualmente de ella.
Tenía que defecar en suelo del mismo armario donde dormía. Tenía una almohada… y quizás una manta para taparme, sólo si ‘había sido buena’. Lloraba hasta que me dormía. La única vez que fui sacada del armario fue para que mi madre, su marido y sus amigos, abusaran sexualmente de mí. Me ataban a la cama y me violaban hasta que hubiese sangre por todas las sábanas”. Cuando terminaron conmigo, me golpearon y me tiraron al armario. Más tarde, mi mamá traería a casa a chicos o chicas para que tuviesen sexo conmigo. Mis padres pensaron que era divertido verlos.
Lauren pensó que moriría en más de una ocasión: cuando su madre la ahogaba hasta que se desmayara, los días enteros sin comer, etc. Blake, su hermana 3 años mayor, también recuerda con mucho pesar lo vivido por Lauren:
Cuando preguntábamos por qué Lauren estaba en el armario, nos decían que ‘había hecho algo malo’… no sabíamos qué, pero sabíamos que tenía que ser algo muy malo para que estuviese encerrada. Una vez me escabullí hasta el armario y ella me dijo que tenía hambre, le llevé un tarro de mantequilla y me lo quitó desesperadamente. Mi madre se dio cuenta al volver, porque el tarro estaba vacío dentro del armario. Tenía miedo de que me hicieran algo a mí, así que dejé de llevarle alimento. Ahora me culpo por lo que pasó, pienso que debería haberlo denunciado… si pudiese retroceder en el tiempo y cambiar de lugar con ella lo haría de inmediato, pero no puedo.
Cuando el padrastro invitó a un vecino para exhibir a “la niña encerrada en el armario” que tenía en su casa, el infierno de Lauren fue expuesto y denunciado a las autoridades.
Probablemente Kenneth lo hizo a modo de venganza, dado que su esposa había empezado a reunirse con hombres que conocía por Internet y desaparecía de la casa por varios días.
Una vez rescatada, los investigadores observaron que tenía las piernas rojas, irritadas de tanto sentarse en sus propios desechos, y que tenía rastros de feca en su boca. Su alimentación había sido tan deficiente que su estómago estaba hinchado y pesaba menos de 12 kilos, el tamaño de un niño de 2 años.
Debido a la falta de estimulación temprana, desarrolló una atrofia cerebral y una falta de desarrollo emocional que le impedía dar afecto y tener confianza.
Los años de abuso constante la habían dejado tan físicamente dañada que necesitó cirugías reconstructivas y un método de alimentación ideado para la recuperación de las víctimas del Holocausto.
Lauren no sabía sentarse en una silla, usar el baño ni tampoco había sentido el césped en sus pies. Más tarde, los investigadores descubrieron que su limitado y curioso vocabulario lo había aprendido de la música country que su madre ponía a todo volumen para ahogar los gritos de la pequeña.
Durante el juicio contra sus padres, se consideró que podría ser muy traumático para Lauren declarar sobre los abusos sexuales que había cometido, así que sus padres nunca fueron condenados por esos cargos. No obstante, ambos recibieron sentencias de cadena perpetua por lesiones graves a un menos.
“Nunca amé a Lauren. Nunca la quise”, le dijo Bárbara a los investigadores durante el proceso previo al juicio. “Cuando mis otros hijos sufren, me duele, pero, cuando Lauren sufre, no siento nada”.
Años más tarde, la mujer grabaría un video pidiendo disculpas desde la cárcel. Cuando Lauren lo vio en redes sociales, dijo: “ésto es muy falso”.
Bárbara y Kenneth serán eligibles para la libertad condicional en 2031, cuando Lauren tenga 38 años.
Luego del juicio, Lauren volvió a la casa de los Kavanaugh, quienes observaron conductas clásicas luego de un trauma: la niña dormía en su armario, buscaba comida en la mitad de la noche y se ponía a llorar cuando veía el baúl de un coche abierto debido a que su familia la enceraba ahí para ir de compras.
Pero este no es el fin de su historia de abusos: en 2005, cuando los trabajadores del caso animaron a su madre adoptiva a dejarla alojar con una prima mayor y su marido, el hombre la llevó al patio y abusó sexualmente de ella. El sujeto fue encarcelado.
Desde entonces, ha sufrido ataques de rabia, bullying y convulsiones, y además se ha intentado suicidar 30 veces.
Hoy, cuenta con el apoyo de su novia, Janae, quien la ha ayudado a atravesar este doloroso proceso:
Los flashbacks de Lauren son muy duros. Sé que está teniendo uno porque se detiene justo en su camino. Ha desarrollado algunos mecanismos de defensa, muy perturbadores: se encierra en el armario más cercano y si estamos en algún lugar que no tiene un armario, ella va a la ducha, enciende el agua caliente y duerme ahí.
“Espero poder tener una vida normal algún día”, dijo Lauren.
¡Vaya fuerza!
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