Cuando una vaca ciega perdió a su amiga cerda que le ayudaba a desenvolverse en el mundo, una compañera que estuvo con ella ocho años, quedó sola y devastada, pero en cuestión de días, encontró consuelo en una nueva relación.
Lulu, la cerda, llegó a Don’t Forget Us Pet Us (DFUPU), una organización de rescate y santuario en Dartmouth, Massachusetts, hace casi una década como un lechón después de que un agricultor se dio cuenta de que estaba herida y decidió abandonarla.
“Ella había estado en una camada y no había tenido contacto con nadie, por lo que las primeros dos semanas, cada vez que la tocaban, ella chillaba pensando que iban a hacerle daño,” dijo Deb Devlin. “Pero muy rápidamente se convirtió en una criatura muy confiada y leal.”
También descubrió su lado más tierno cuando se encontró con Baby, una vaca ciega que venía de un matadero. Los dos parecieron simplemente hacer clic, y Lulu rápidamente se convirtió en los ojos de esta vaca ciega.
“Yo había tratado de vincular a Baby con otros animales, y no funcionó”, explicó Devlin. Sin embargo, cuando ambos animales se encontraron fue amor a primera vista. “Baby ahora podía reconocer su entorno gracias a ella” dijo Devlin de Lulu. La pareja era inseparable, desde la hora de comer hasta sus paseos diarios por el santuario.
Por desgracia, el tiempo se encargó de separarlas. Después de ocho años de compañerismo, Baby tuvo que decir adiós a Lulu, a principios de este mes.
“Siempre supe que cuando Lulu muriera, sería difícil para Baby”, dijo Devlin.
El dolor de Baby era evidente. “Si ella no estaba comiendo, estaba llorando por su amiga, mugiendo y dando vueltas en círculos, porque no puede caminar mucho sin chocar con algo,” explicó Devlin.
¿Qué iba a hacer sin su amiga con quien compartió los últimos ocho años?
Al otro lado de la ciudad, un ternero joven había logrado escapar de un matadero y se había hecho famoso durante su último escape cuando apareció una foto de él en el frío de la nieve de Nueva Inglaterra. Estaba decidida a salir de los confines de la vida en un matadero.
Fue capaz de evadir la captura durante varias semanas hasta hace pocos días, cuando los funcionarios finalmente la atraparon. Una mujer de la localidad ofreció comprar el ternero para evitar que regresara al matadero, con la condición de que DFUPU lo cuidara. Devlin estaba dispuesta, y el matadero acordó la venta.
Una vez que el ternero llegó a DFUPU, lo ubicaron en un corral privado para aclimatarse. Estuvo allí “por una cuestión de segundos” hasta que saltó la valla para unirse a Baby, quien todavía estaba de luto.
Al igual que cuando se reunió a Baby con Lulu, no pasó mucho tiempo antes de que el par creara un fuerte lazo de amistad y aprendieron a consolarse mutuamente.
“Baby nunca tuvo crías, pero es tan maternal con este becerro”, dijo Devlin.
“Es increíble para mí ver este lado de Baby, siento protectora y disfrutando de todas esas cosas que hacía con Lulu”
Después de semanas el becerro se siente en casa en DFUPU, y el santuario planea realizar un concurso de nombres en su Facebook para decidir cómo llamarlo.
Comparte este artículo con tus amigos, es un historia de amistad asombrosa.
