El gusano de cera (científicamente llamado galleria mallonella), nunca ha sido un insecto que haya sido amigo de los humanos, pero la historia está por cambiar. Todo gracias a un artículo que se ha publicado en base a una investigación, en la revista Current Biology, donde se demuestra que estos gusanos son capaces de degradar el plástico.
Este insecto lepidóptropo se consideraba una plaga en las colmenas de abejas y lo único que preocupaba a los humanos, era cómo evitar que estos gusanos dañaran la miel. Hasta que Federica Bertocchini, una investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España (CSIC), anunció un descubrimiento casual.
Federica, es una apicultura aficionada y un día común y corriente, encontró a uno de sus gusanos atacando su colmena. Para ponerla a salvo, sacó a los gusanos y los puso en una bolsa plástica pero rápidamente notó que esta se llenaba de agujeros, “enseguida supe que estos insectos eran algo especial“, afirmó.
Apenas notó esta características de los gusanos, quienes “apolillaban” la bolsa, pensó que este descubrimiento casual podría ser algo muy importante para la humanidad. Sin embargo, para descubrir de qué se trataba, tuvo que llevarlos a su laboratorio para realizar las investigaciones pertinentes, junto a un grupo de científicos de la Universidad de Cambridge (Inglaterra), “era esencial comprobar que los gusanos no se limitaban a comer la bolsa, sino que la habían degradado en un proceso químico y a gran velocidad“, agrega.
Por suerte, las intuiciones de Federica fueron confirmadas, efectivamente el gusano de la cera, es capaz de degradar el plástico y de esta forma, a gran escala, es capaz de solucionar uno de los mayores problemas que tenemos en nuestro planeta: la contaminación.
Por ahora, es necesario seguir con las investigaciones para saber si es posible aislar ciertas enzimas o moléculas que están presentes en el organismo de la polilla de la cera, para usarlos como agentes destructores del plástico en basurales y vertederos. Según estima la investigadora, estos serían especialmente útiles para destruir el polietileno.
El plástico, es uno de los problemas que más graves del mundo. Anualmente, se fabrican más de 80 millones de toneladas de polietileno. Este, es un plástico muy resistente y una simple bolsa, demora cerca de 100 años en descomponerse completamente, y mientras mas densas y resistentes, pueden llegar a tardar cuatro veces más.
Se estima que cada persona en el mundo, usa anualmente más de 230 bolsas de plástico, lo que genera más de 100.000 toneladas de residuos y parte de ese plástico es quemado o degradado con procesos que son aún más corrosivos para el planeta. Otra gran parte, termina en el océano, poniendo en riesgo la vida de cientos de animales.
Sin dudas, se trata de un descubrimiento alentador, pero aunque estas soluciones pueden ser necesarias para revertir la contaminación, el daño ambiental ya está hecho. Lo más importante, es frenar el uso indiscriminado de estos productos, antes de que sea demasiado tarde, pues en algún momento ni los gusanos de cera podrán salvarnos.
Federica afirma, “lo más bonito es que este hallazgo fue encontrado en la misma naturaleza“. Y, lo más probable es que esté en lo cierto, pues esta es tan sabia, que nos sigue brindando soluciones para poder remendar el daño que hemos causado.