Ali Webb siempre hacia el mismo trayecto por las calles de Nueva York, desde Manhattan a Newark. Durante el camino veía muchos vagabundo que deambulaban por el lugar, algunos drogadictos, alcohólicos o que simplemente preferían estar solos y abandonados a la suerte, sin familia, amigos, ni alguien que se preocupara de ellos.
Un día algunos vagabundos comenzaron a seguirla y pedirle plata, comida o lo que fuera que tuviera para ellos, pero Ali asustada solo comenzaba a caminar más rápido y no los tomaba en cuenta. Muchos temen por su seguridad cuando este tipo de personas se acerca a uno y lo que habitualmente hace la gente es alejarse.
Hasta que un día pensó: “¿Y si les llevo cigarrillos? A fin de cuentas, eso es lo que quieren y a mi no me cuesta tanto”. Entonces compró cigarros y se los llevó.
Continuó haciéndolo por unas semanas hasta que una noche cuando regresaba a su casa sintió que un hombre la seguía.
Ali estaba segura de que era uno de los vagabundos, pero no se atrevió a mirarlo y solo caminó más rápido hasta llegar a su hotel. Entró a su habitación y se encerró. Pero el hombre se quedó parado en al entrada del hotel.
En ese momento apareció un vagabundo que jamás había visto ella y espantó al acosador. Ali vio lo que pasó y comenzó a hablar con el hombre que la había ayudado, entonces supo que vivía en su casa de campaña junto a todos sus perros.
Ali estaba muy agradecida por este buen hombre que la ayudó sin esperar nada a cambio. Pero un día las autoridades le prohibieron al vagabundo seguir durmiendo en la carpa junto a sus perros y tuvo que marcharse del lugar y además comenzar a dormir a al intemperie, en la calle.
Al enterarse de la situación, Ali no soportó ver lo que ocurría con el hombre y comenzó una campaña GoFundMe para recaudar el dinero suficiente y comprarle una casa rodante al indigente.
Ahora él duerme en un lugar seguro, alejado de las calles, el frío y la lluvia.
Ali se convirtió en su hada madrina.
Este vagabundo es un afortunado, pero lamentablemente según las estadísticas publicadas por el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano (HUD) en Estados Unidos al año 2014, 587.424 personas vivían en las calles sin hogar, alimento ni familia. Casi un cuarto de ellos eran menores de 18 años y más de 40.000 eran veteranos.
Es extraño pensar que uno de los países más ricos del mundo tenga tanto indigente en sus calles, la desigualdad es abismante y probablemente ya no tiene vuelta atrás.
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