El dicho es “mejor la calidad que la cantidad”, y el dueño de esta casa lo ha aplicado al máximo. Es que su hogar mide apenas 30 metros cuadrados y, sin embargo, fue diseñada tan inteligentemente que nadie podría imaginar su verdadero tamaño.
Este es un chalet británico que se encuentra ubicado lejos de la ciudad, haciéndolo la perfecta casa para huir un fin de semana o en un día festivo.
Sus ventanas van desde el techo hasta el piso, ofrecen una vista que te quita el aliento y dejan entrar una luz natural que es hermosa (y económica).
El color claro de sus paredes y estas enormes ventanas logran que la casa se sienta más espaciosa y se vea muy fresca. Tiene una cocina pequeña pero bien equipada, y que aún así se ve grande.
Imagínate desayunando en esa terraza.
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