El acoso callejero es una de las formas de violencia más naturalizadas y aceptadas por la sociedad. Pocos entienden que una persona, mujer u hombre puede sentirse afectada por recibir un “piropo”. Sin embargo en los últimos años son cada vez más los que alzan la voz en contra de esta práctica, argumentando que decir palabra en tono ofensivo e invadir el espacio privado de quien transita por las calles no puede ser considerado un cumplido, mucho menos que se intente en contacto físico.
Este video nos muestra un experimento social donde un chico muy apuesto se pasea por las calles de Nueva York para averiguar si las personas intentan acercarse a él, como ocurriría si fuera una mujer atractiva y los resultados obtenidos son un verdadero llamado a atención como sociedad.
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