Probablemente, después del rosario y el crucifico, el agua bendita es el objeto del mundo cristiano más reconocido del mundo y, aunque parece ser solo agua normal, esta agua, es en realidad uno los elementos de la cristiandad más antiguos y significativos a nivel espiritual, que se pueden encontrar en una iglesia.
En el catolicismo romano, existen varios tipos de agua bendita, como por ejemplo, algunos contienen sal consagrada, otros contienen aceite de la unción, otros vino y hasta incluso, cenizas.
Cada variación de agua bendita tiene un uso diferente, su versión con sal, se usa para bendiciones regulares, el que contiene aceite, se usa en bautismos y el tipo de con cenizas y vino, es usado para consagrar iglesias.
Sin embargo, todas estas variaciones, reflejan lo que realmente el agua bendita representa: la purificación. El agua bendita se usa para brindar una limpieza ceremonial según los ritos del cristianismo, remontándonos a los días en que Moisés caminó por esta tierra.
Y, aunque las ceremonias han cambiado con el paso de los años, el rol del que el agua bendita interpreta, siempre ha permanecido fiel al tiempo. Antes de comenzar sus misas, los sacerdotes rocían agua bendita y algunos incluso entregan pequeños frascos a las personas, para que se las lleven consigo a casa.
Es por esto, que el agua bendita también suele utilizarse para alejar el mal, como por ejemplo en el rito del exorcismo, se requiere de que el sacerdote use agua bendita.
Y, no cualquiera puede hacer agua bendita, un laico puede seguir pasos para prepararla, pero solo está bendita cuando está hecha por un miembro de la Iglesia.
En la vida cotidiana, si es que eres fiel al cristianismo, puede serte muy útil, ya sea para purificar tu casa o incluso tu oficina y así eliminar la negatividad de tu vida.
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