En los últimos años las noticias de refugiados desaparecidos se han multiplicado en los medios de comunicación, existe una oscura explicación para gran parte de estos casos.
Los números son abismantes, ,más de 65 millones de personas han abandonado su hogar por culpa de la pobreza, guerra y violencia, esto da a paso a que una de cada 122 personas se considere como víctima del desplazamiento forzoso.
Y esta cifra sigue subiendo, conforme también crecen los conflictos en el mundo en cantidad y violencia, y el mundo cada vez les pone mas limitancias y problemas a los que buscan una salvación en otros países, es ahí donde aparecen las mafias que lucran con el dolor ajeno.
Esto se conocía con el relato de Nuredein Wehabrebi Atta, quien fue condenado a 5 años por participar en una red de trafico de seres humanos en Italia.
“Los que no pueden pagar el viaje por el Mediterráneo se venden por 15.000 euros a grupos de traficantes, especialmente egipcios, que están equipados para extraer órganos”, ha confesado Nuredein Atta.
Su testimonio le ha permitido a la policía italiana , desmantelar una red de trafico de personas y arrestar a 38 traficantes, personas de distintas nacionalidades, 25 eritreos, 12 etíopes y un italiano.
La operación ha logrado desmantelar células de esta mafia ubicadas en el norte de África, Roma, Palermo Agrigento y otros lugares de Europa, dando un duro golpe a estas redes criminales.
Desde que comenzó la crisis migratoria, los números son espantosamente increíbles, y genera revuelo el no entender como las autoridades europeas no ponen mano dura a esta situación.
Solo en Alemania ha desaparecido el 13% de los solicitantes de asilo que llegaron al País (entre los que se cuentan menores de edad).
La mayoría de los refugiados son niños que viajan solos, enviados por sus padres para intentar alejarlos de esa realidad y darles un futuro mejor, lamentablemente son presas fáciles de traficantes, lo que ah provocado que más de 6.000 niños solicitantes de asilo desaparecieran en 2015 solo en Alemania, cabe destacar que estos niños ya habían llegado al país europeo.
Según Sarah Crowe, portavoz mundial de Unicef para la crisis migratoria, el tratado de Turquía y Europa aumentara estas cifras. “Que se cierre la ruta por el Egeo de Turquía a Grecia, significa que los barcos de los traficantes van por rutas más peligrosas, como la que va de Libia a Italia”.
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