No sabemos si esto va a molestar de sobremanera a la Reina Isabel.
Hace unos días que Londres vivió una devastadora situación con el incendio de la torre Grenfell. Cerca de 80 personas perdieron la vida y dejó a centenares que lo perdieron todo. Siguen pasando los días y el dolor y la rabia no disminuyen.
Debido al difícil momento que están pasando, tanto la Reina como el Príncipe Guillermo decidieron visitar uno de los albergues donde se encuentran algunos de los afectados. Sobrevivientes y rescatistas que se vieron también afectados.
Pudieron conversar con algunos de ellos y conocer de primera fuente la cruda realidad que deben enfrentar ahora.
Aunque muchos no lo sepan, existe una estricta regla que debe cumplir la familia real sin excepción: ellos sólo pueden darles la mano a las personas y ningún otro gesto más.
Sin embargo, Guillermo se encontró con una anciana que le empezó a contar desesperada que necesitaba encontrar a su marido. El hombre se encuentra desaparecido desde que ocurrió el incendio y ella supo que había quedado atrapado en algún minuto dentro de un ascensor… después no supo nada más.
Frente a una mujer en ese estado de desesperación, a Guillermo no le importó el protocolo y decidió abrazarla muy fuerte.
La trató de contener mientras lloraba. Ese gesto fue agradecido por la mujer.
Puede ser que existan reglas inquebrantables pero, hay veces, en que vale la pena saltarlas. Total, estaba frente a otro ser humano que necesitaba mucho apoyo emocional.
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