Robar no está bien, a menos que seas un tierno bebé como éste. Y es que un pequeño infante estaba tan hipnotizado con el teléfono de su madre que, al primer descuido de ella, fue a tomarlo y salió arrancando victorioso.
Esto no pasaría de ser una anécdota doméstica si no fuera porque accidentalmente el niño grabó su adrenalínica huida con el trofeo, y puedes ver su triunfante sonrisa y mirada de excitación.
Es una carrera de tan sólo 11 segundos –vamos, que es un bebé y no un atleta olímpico-, pero valen la pena:
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