En la cultura musulmana, las mujeres deben seguir una enorme cantidad de reglas culturales que no les permiten salir con libertad ni participar de actividades mixtas. Especialmente en Afganistán, estas normas sociales no les permiten comunicarse con nadie excepto con su esposo o los hombres de su familia, y así ha sido por siglos.
De esta forma, adolescentes y niños toman el lugar de las bailarinas en celebraciones afganas, amenizando reuniones llamadas de negocios bacha bazi, todo un lujo en estas sociedades.
Bacha bazi significa literalmente “juego de niños”, pero también podría ser traducido como “pedofilia”.
Los niños que participan en estas fiestas generalmente son recogidos de la calle o de familias muy pobres, y son sometidos a un “entrenamiento” donde también son protegidos y reciben comida, un lugar donde dormir y ropa (usualmente de mujer). Un acuerdo tácito dice que, cuando sean mayores, deberán retirarse y su empleador tendrá que buscarle una esposa y trabajo estable.
Eugene Schuyler fue quien observó a los batcha en 1873, cuando se les trataba. de hecho, los hombres usaban títulos nobiliarios para referirse a ellos, como kulluk (“soy tu esclavo”).
Si sólo se limitase hasta este punto, no sería tan cuestionable, pero la verdad de estos jóvenes es horrible.
Cuando termina la fiesta, estos adolescentes quedan a merced de sus invitados, e incluso pueden ser “reservados” por un invitado de honor. Su empleador,que los protege, no aparece durante la noche y por la mañana ya no tienen opción de escapar.
Básicamente, el bacha bazi es una forma “tradicional” de esclavitud sexual.
Uno de los pocos enemigos de esta costumbre son los talibanes, quienes la consideran ilegal por considerarla “incompatible con la ley” religiosa, debido a que implica homosexualidad. Sus defensores dicen que no rompen con la sharia porque no aman a los niños.
irónicamente, fue sólo tras la llegada de los extremistas islámicos en 1996 que la bachta (tener relaciones con uno de estos jóvenes) se empezó a castigar con la pena capital.
Incluso esta medida no logró terminar con la práctica porque, a pesar de que la constitución creada en 2014 por el presidente Hamid Karzai, la ONU sigue recibiendo reportes sobre el abuso de estos jóvenes y niños desamparados.
Es increíble que estemos en el Siglo XXI y sigan existiendo estos abusos.
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