El caso del que te contaremos hoy, parece sacado de una verdadera película de terror, es como si algo así jamás pudiera pasar, especialmente sin que nadie se de cuenta por tanto tiempo, de que algo extraño ocurría, pero tristemente sucedió y no en la edad media ni nada por el estilo, pues el victimario sigue vive y encerrado para siempre.
Conoce el caso Fritzl, uno de los casos de incesto más impactantes que la historia haya conocido. Y no ocurrió hace miles de años, sino que comenzó en 1984 y terminó el 2008.
Josef Fritzl, es un hombre que fue hijo único, nació en una familia que tenía problemas con el dinero y su padre siempre le fue infiel a su madre y no aportaba nada de dinero a la casa. Un día, a los 4 años su padre no volvió jamás y supieron años después que murió en combate en Alemania, durante la segunda guerra mundial.
Su vida no fue nada fácil. En entrevistas posteriores, confesó que su madre nunca lo quiso, “me mordía y me pateaba hasta que quedaba en el suelo sangrando”.
Después de que se supieron las atrocidades que este hombre hizo a su hija, se supo también que mantuvo a su propia madre encarcelada durante 20 años, dejándola en un ático con ventanas cerradas con ladrillos para mantenerla en la oscuridad, la mujer falleció en 1980.
Rosemarie, su esposa nunca sospechó lo que pasó con su suegra, pero nunca sospechó de nada en verdad.
La historia de Fritzl, comienza tras salir del colegio donde comenzó a trabajar como ingeniero. Luego, conoció a una tímida chica llamada Rosemarie, con quien se casó.
Todo parecía ir bien en la familia hasta que en 1967, Josef fue condenado a pasar 18 meses en la cárcel por violar a una mujer de la zona. Al salir de la cárcel, intentó abusar de otras mujeres.
Pero, a pesar de todas las acusaciones contra su esposo, Rosemarie perdonó a su esposo y lo dejó volver a casa.
Podrías imaginar que luego de esto, él intentaría recobrar la confianza de su esposa, sin embargo ocurrió todo lo contrario. Él la maltrataba física y psicológicamente, le decía que estaba gorda, no le daba para comer y amenazó varias veces con echarla de la casa de ambos.
Luego de ser encarcelado el año 2008, él le sigue escribiendo cartas a su esposa, con frases como “sé que ella aun ,me ama porque ella siempre ha mantenido su fe en mí”, dijo una vez.
La pareja comenzó a tener hijos y la última nació en 1966, y fue llamada Elizabeth, una niña muy tímida y tranquila, una personalidad que cautivó a su padre quien desde los 11 años comenzó a abusar de ella.
Ese fue el comienzo de un abuso que duraría 24 años.
Un fatal 29 de agosto de 1984, Josef le pidió ayuda a su hija de 18 años a llevar algo a la puerta del sótano, y en cuanto estuvieron allí drogó a su hija con cloroformo, dejándola inconsciente y la metió dentro de una habitación secreta que había construido para ella.
24 largos años pasaron, para que Elizabeth pudiera ver la luz del día otra vez.
La madre de Elizabeth, muy preocupada por su desaparición, presentó una denuncia en la policía, pero su propio esposo se encargó de difundir el rumor que la joven se había unido a una secta.
Después de un mes, llegó una carta a la casa, supuestamente enviada por su hija, en la que decía que estaba bien y que no la buscaran, pero la oscura verdad era que estaba escondida en el sótano de la casa, siendo violada a diario por el hombre al que debía llamar su “esposo”.
Durante los tortuosos y largos años que este hombre tuvo cautiva a su hija, tuvo 7 hijos-nietos con ella.
En una declaración posterior, Elizabeth comenta que el año 1996 tuvo gemelos pero que uno de ellos había nacido con problemas respiratorios y el hombre se negó rotundamente a llevarlo al hospital, por lo que el pequeño murió a los días en los brazos de su madre. Josef, se encargó del cuerpo y lo quemó en la caldera.
Josef subió a 3 de los menores a la superficie, dejándolos fuera de la casa de los Fritzl con una carta “escrita supuestamente” por Elizabeth, en la que decía que eran sus hijos y que los cuidaran por ella.
Las autoridades, permitieron que Rosemarie y Josef conservaran a los niños, y eran visitados constantemente por muchos asistentes sociales y tampoco, nunca lograron darse cuenta de las atrocidades que se escondían unos metros de allí.
Trasncurridos 10 años, el hombre había transformado la habitación que construyó para encerrar a su hija, quedando más o menos así:
La puerta del sótano se abría con un código que solo el sabía, por lo que no había posibilidades de salir. Si Elizabeth se rehusaba a tener sexo con él, sus hijos pagaban las consecuencias y los dejaba sin comida ni luz.
Además, constantemente los amenazaba con abrir el gas para que murieran asfixiados, lo cual era una mentira más porque la habitación jamás tuvo conexión a gas.
Tras 24 años de torturas y 3.000 violaciones a su propia hija, por fin llegó el día en que su esclavitud acabaría.
El hombre, en su desesperación, hizo salir a su hija de su encierro, por primera vez en 24 años.
Elizabeth fue interrogada, pero se negó a hablar hasta que le aseguraran que no volvería a ver a su padre. Fue en ese momento, en que habló y el caso estalló.
Por suerte, el 28 de abril del 2008, Fritzl fue arrestado por asesinato, violación, incesto y esclavización. Finalmente, fue condenado a cadena perpetua con tratamiento psiquiátrico.
Después de ser atendidas, Elizabeth, y sus 7 hijos sobrevivientes junto a su madre fueron alojados en una clínica local para brindarles protección del entorno exterior y recibir el tratamiento médico y psicológico necesario.
Berthold Kepplinger, la jefa de la clínica donde estaba Elizabeth y sus niños, dijo que necesitarían terapia adicional para aprender a adaptarse a la luz después de años de oscuridad y además para comprender que tenían mucho espacio ahora para moverse libremente.
Realmente no ha sido nada fácil: ataques de ansiedad, de pánico y una pelea entre Elizabeth y su madre, hicieron que esta se cambiara de hospital psiquiátrico, pero poco a poco lo han logrado.
En 2009 Elizabeth, estuvo al borde de un colapso por un paparazzi británico que había entrado a su cocina y empezó a tomarle fotografías.
Tras este incidente, ella y sus hijos fueron trasladados a una aldea sin nombre, en el norte de Austria, a una casa que parece fortaleza.
El año 2010, Elizabeth y sus hijos se notaban notoriamente mejor. Incluso, la cuñada de Fritzl, Christine, dijo que Elizabeth sale de compras, toma duchas tranquila y hasta conduce. Mantiene una relación con Thomas, su guardapesaldas y sus hijos están cada vez mejor.
El año 2013, se llenó el sótano de la casa Fritzl con hormigón para ser vendida, aunque algunas personas preferían que se demoliera para siempre.
En 2013 llenaron el sótano de la casa de Fritzl con hormigón. La casa estaba prevista para venderse, pero algunos preferirían que se demoliera para siempre.
La casa finalmente, se vendió por 160 mil euros en diciembre de 2016 y será transformada en pequeños apartamentos, sin embargo, los horrores que se vivieron tras esas paredes nadie los borrará… jamás.
Esta historia me dejó con los pelos de punta, ¿qué opinas tú? No olvides compartir esta horrorosa historia.