Luego de 62 años juntos, la frase “no puedo vivir sin ti”, se hace real, se hace presente un sentimiento de amor, de costumbre, de compañerismo, de dependencia, de preocupación, etc.
Anita y Wolf Gottschalk, de 81 y 83 años respectivamente lo entendieron así. Han estado casados desde 1954, juntos toda una vida, aunque eso cambio hace apenas unos meses.
Por razones de la vida, se tuvieron que mudar a una casa de retiro, el problema es que en Sirruy, Canadá, de donde ellos son, no había ninguna que tuviera espacio para los dos juntos.
Esta noticia fue devastadora para la pareja, y no solo afecta su estado de animo, si no también daño su salud. Wolf sufre de demencia senil y de insuficiencia cardiaca congestiva, además desde el minuto que lo separaron de su compañera de vida, le diagnosticaron linfoma.
La suerte de Anita no es muy distinta, el alejarse de su esposo le causo un estrés tan critico que tuvieron que colocarle un marcapasos, además que a veces, los problemas en sus piernas le impiden caminar y debe acudir a una silla de ruedas.
Si bien Wolf esta esperando ser aceptado en la casa de retiro de su amada, el tiempo ha pasado muy rápido.
Los momentos que se ven a la semana no son suficientes para la pareja, y mas a su edad, cuando es donde mas necesitan cariño.
Al despedirse es imposible evitar las lagrimas, ¡han estado juntos toda una vida!, de hecho vivían en la misma cuadra cuando eran niños.
Es un amor imposible de romper…
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