Suele pasar que un día de semana, cuando debes trabajar temprano al otro día, sales con tus amigos y te tomas un par de copas demás. Cuando al otro día te despiertas para ir a trabajar te sientes fatal y solo quieres quedarte en la cama para descansar.
Entonces en ese momento se te ocurre escribirle a tu jefe para decirle que tienes “vómitos y diarrea” y que estás pensando en que te dé el día libre. Pero no siempre todo sale como lo planeamos y puede ser que el jefe nos descubra de la manera más vergonzosa de todas.
Esta es la conversación que tiene Miguel con su jefe:
¿Te ha pasado algo así?
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