Ya estamos acostumbrados a ver historias de amistad entre humanos y perros, donde una vez más queda claro la lealtad y afinidad que existe entre estos dos. Pero hay casos en los que más que ser un amigo o compañía, pasan a ser el único ser que los acompaña en una vida solitaria.
Es que los perros no discriminan situación económica y social, por eso, muchas de las personas que no tienen hogar refugian su dolor en ellos, quienes nunca los abandonan. Pero esta vez fue él quien prefirió arriesgarse a morir por no dejar sola su perra en una fría noche de invierno. Esta historia conmoverá tu corazón.
Bernard Holland tiene un vínculo inquebrantable con su perro Oreo de 2 años de edad.
Oreo primero entró en la vida de Holland como un cachorro de 4 meses de edad, y el hombre no la ha dejado desde entonces.
A pesar de caer en desgracia y quedar sin hogar, Holland ha desafiado las circunstancias, incluyendo este frio invierno, para permanecer al lado de Oreo en Indianápolis.
Apenas el mes pasado, las temperaturas de la ciudad cayeron bajo cero, que no es apto para nadie pasar una noche en ese frío.
Holland sabía que podía pasar una noche en casa de su hermana, pero el perro no estaba permitido en la casa, así que él eligió no dejar a Oreo sola.
Holland levantó una tienda justo al este del centro de la ciudad cuando la trabajadora social de Horizon House, Melissa Burgess por suerte encontró al hombre de 53 años y su perro.
A continuación, Ben Bierlein de Wigglebutt Doghouse, una organización que ofrece servicios de guardería y de embarque para perros entraron en la vida de Holland y de Oreo.
Bierlein terminó generosamente ofreciendo un lugar para Oreo para alojarse mientras Holland conseguía arreglar su situación.
Bierlein incluso pagó por todos los exámenes de Oreo y su procedimiento de esterilización, con el consentimiento de Holland. “Ella es fuerte, y sé que están teniendo buen cuidado de ella”, dice Holland.
Holanda se considera a sí mismo un hombre bendecido porque Oreo está bien cuidada ahora.
Oreo es una perra saludable ahora, que comparte una unión profunda para toda la vida con Holland.
Cada vez que Holland visita a Oreo, sus rostros se iluminan. “No lo había visto desde el viernes. Fue una de las cosas más hermosas. Ella estaba tan emocionada… Su cola se movía muy rápido. Ella estaba por todas partes, saltando. Hizo que mi corazón sonriera.”
En última instancia, dice Holland, “Mi plan es conseguir un trabajo, conseguir un lugar, reunirme con Oreo y vivir el resto de nuestras vidas juntos.”
Él no puede tener mucho, en términos de cosas materiales, pero Holland tiene un corazón puro que personas como Burgess y Bierlein no pueden negar. “Para nosotros, la verdadera historia aquí es sobre un hombre, que aunque tuvo mala suerte y vivía en una tienda de campaña, no renunció a su perro”, dice Bierlein. “El hecho de que él estaba dispuesto a sufrir mucho en esas temperaturas bajo cero, porque no quería dejar a su perro, es bastante potente.”
Por suerte, los dos mejores amigos están ahora reunidos. Holland está trabajando a tiempo parcial en Wigglebutt Doghouse y Oreo vive con él en un motel cercano. La historia de Holland y Oreo es un hermoso testimonio lleno de esperanza, superación y amistad.
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