Las yeguas que son madres primerizas carecen de experiencia en el cuidado y protección de su cría, pero su naturaleza y el instinto maternal las ayuda a cumplir con eficacia sus deberes. Ella sabe que su potro al nacer estará completamente indefenso y desarrolla un admirable sentido de protección. Hasta es capaz de retrasar el momento del parto si tiene la sensación de que el momento o las circunstancias no son las adecuadas. Es por eso que la mayoría de los potrillos nacen de noche, donde todo está más calmo.
Este video nos muestra el rescate de un potrillo que fue encontrado en medio de la carretera, evidentemente perdido. Por fortuna, quienes lo encontraron se dieron el tiempo de guiarlo hasta el lugar donde estaba su madre y realizando un enorme esfuerzo, lograron reunirlo nuevamente con su manada.
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