Este pequeño estaba tan entusiasmado por su visita al castillo de Windsor que fue disfrazado como uno de los guardias a los que podría ver en carne y hueso. Pero no esperaba que sucediera algo mientras veía el cambio de guardia.
Cuando solemnemente entregaban el turno a otro grupo de guardias, uno de ellos rompió fila y se acercó al pequeño.
El emocionado niño veía marchar a los uniformados frente a él, manteniendo un respetuoso saludo.
Cuando terminaron sus deberes oficiales y rompieron filas, uno de los guardias del castillo regresó hacia el pequeño, se paró frente a él y le pidió que se acercara.
Sin pensarlo dos veces, el pequeño fue rápidamente hacia el engalanado protector del castillo y sonrió para tomarse una foto con su ídolo. Mira el video de este increíble momento:
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