La metanfetamina es un estimulante altamente adictivo cuyo consumo libera dopamina en altos niveles, lo que da placer y genera euforia en el consumidor. Sin embargo, cuando la droga desaparece del cuerpo, sentimientos depresivos se apoderan de la mente del adicto, quien buscará con urgencia la siguiente dosis.
Es así como se inicia el ciclo de dependencia, del que cuesta tanto salir y que tanto le daño le hace a tu vida, a tu cuerpo y a tu apariencia.
Ese es el caso de Medlin, quien fue arrestado por primera vez en 2002, cuando apenas tenía 18 años. La belleza de sus rasgos era comparable con la de un modelo.
Cinco años después, la metanfetamina le produjo llagas en la piel y comenzó con un envejecimiento prematuro y acelerado.
En 2013 se hizo unos tatuajes y sus pómulos ya empezaban a hundirse.
Ese año fue detenido dos veces. Esta es la segunda, con un nuevo corte de cabello.
En 2014 fue condenado por abuso sexual, asalto y robo.
Seis días antes de su liberación, inexplicablemente escapó de prisión a plena luz del día, escalando la pared y sin que nadie pudiera detenerlo. Bastaron 10 horas para que fuera capturado nuevamente.
En 2015 reapareció con un aspecto muy descuidado.
Antes de su último arresto, Medlin estuvo despierto 26 horas gracias a los efectos estimulantes de la droga. Fue objeto de una persecución y se enfrentó a los oficiales con palos y piedras. Finalmente lo capturaron usando balas no letales.
A menos que busquen ayuda profesional, un adicto es muy probable que recaiga. Su comportamiento es tan impredecible que, si no logran controlarse, pueden ser un peligro para ellos mismos y su entorno.
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