Este pequeño niño pasó por una experiencia terrible. Se acostó a dormir estando sano y despertó al día siguiente casi paralizado.
Al verlo en ese estado sobre su cama, sus papás rápidamente lo llevaron al hospital, pero los médicos no hallaban la causa de su enfermedad.
De a poco el pequeño se fue agravando hasta que sus padres decidieron trasladarlo a un hospital mejor equipado.
El niño llegó en estado grave, a punto de un paro cardíaco, y sus signos vitales eran casi nulos.
Afortunadamente, los médicos pudieron encontrar la causa de la enfermedad. Era una garrapata alojada detrás de su oreja.
Aunque en la mayoría de los casos, las picaduras de garrapatas no son de cuidado para los seres humanos, algunas pueden transmitir enfermedades que pueden ser mortales. Un ejemplo de ello es la “fiebre de las montañas rocosas” o la “enfermedad de Lyme”.
Por suerte, pudieron diagnosticarlo a tiempo, de lo contrario, la neurotoxina que inyectan cuando las garrapatas succionan sangre podría haber sido mortal.
Así que les dejamos un consejo: siempre revisar a los niños cuando jueguen en los parques, bosques y patios, porque pueden haber garrapatas.
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