Esto no es una broma, lean este artículo y descubrirán que Mike no es un robot. Mike es un pollo como cualquier otro, que iba a tener el mismo destino que muchos como él, pero que por cosas de la vida tuvo un futuro diferente. Y quedó grabado en la historia.
Lee atentamente : el 10 de septiembre de 1945 Lloyd Oslen tenía que matar un pollo para la cena, como es usual, la tarea era decapitarlo y llevarlo con su esposa para que lo limpiara, tal como había hecho muchas otras veces. Eligió a Mike porque estaba gordito y quería impresionar a su suegra, tomó el hacha, apuntó al cuello y procedió. Lo que sucedió fue lamentable: falló por un poco y no decapitó bien al pollo.
Lloyd no le dio a la vena yugular, las venas coagularon rápidamente evitando un sangramiento profuso y no cortó todo el tallo cerebral, por lo que el animal no sólo siguió moviéndose unos minutos, sino que siguió vivo durante 18 meses.
Honestamente, en honor a la verdad, por sí solo Mike habría muerto, pero su familia considero que su supervivencia era un milagro y decidieron mantenerlo con vida. Todos los días lo alimentaban directamente al esófago y limpiaban las secreciones del cuello con una jeringa.
Hasta que un día, durante un viaje, la familia olvidó los utensilios para alimentarlo y también la comida de Mike, por lo que murió.
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