Cuando crecen, los niños empiezan a gatear, a sentarse y luego a caminar y correr. Durante sus primeros años de vida, pasan mucho tiempo en el suelo sentados, jugando.
Un equipo de médicos del Hospital Infantil de Penfield, Estados Unidos, han descubierto que los pequeños pueden adoptar una postura incorrecta muy rápidamente. Más específicamente, detectaron que una forma de sentarse que describe una “W” con las pierna que, si bien es muy cómoda para los niños, es dañina a largo plazo.
Un equipo de científicos de la Universidad de Louisville ha observado, además, que esta postura es frecuente en niños que sufren parálisis cerebral, ya que tienen músculos mal o poco desarrollados y se sientan así porque les cuesta menos trabajo.
Esto, sin embargo, evita que se les formen sus músculos de la parte media del cuerpo desde una edad temprana. De hecho, no sólo afecta a los músculos, sino también a las articulaciones y tendones que se utilizarían en una postura correcta, provocando posibles problemas de espalda y articulaciones en la edad adulta.
Dado que en la posición de “W” no pueden mover bien la parte superior del cuerpo y las rodillas y las caderas no están en una posición poco natural. Además, los muslos, los tendones de los talones y los músculos centrales del trasero, que extienden las caderas a un lado, sufrirían daños que puedan afectar su estabilidad en el futuro.
Las formas recomendables para que tus hijos se sienten son con las piernas cruzadas, con ambas piernas estiradas al frente o dobladas a un lado. Lo fundamental es que el niño pueda girarse en todas las direcciones y así sus músculos se desarrollen.
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