Martin Pistorius, quien vivía en sudafrica, era un niño que tenía una vida completamente normal, hasta que a la edad de 12 años le pasaría algo que cambiaría su vida. Todo comenzó con malestares en la garganta y luego se fue agravando hasta que se le formó una extraña enfermedad llamada meningitis criptocócica, que le impedía moverse y llegó a estar en un estado casi vegetativo por 12 años.
Sus padres comenzaron a someterlo a tratamientos para ver si eso ayudaba a recuperar la salud de su hijo, en donde era sometido a algunos estímulos y practicaba algunos ejercicios físicos. Esto no iba progresando, pero luego llegó una enfermera que descubriría algo que nadie se había imaginado.
Tras dos años en coma, comenzó a despertar y a notar lo que ocurría a su alrededor, pero no sabía cómo comunicarlo.
Virna van der Walt fue una enfermera que llegó a contradecir a los médicos, diciendo que el niño padecía una clase de encierro.
Los médicos aseguraban que no había nada más que hacer, y que Martin tenía afectado su sistema nervioso y no podía interactuar con la realidad. Pero su enfermera comenzó a detectar que Martin si percibía de alguna forma lo que ocurría en su entorno.
Sus padres comenzaron a darle tratamiento como ejercicio físico y estímulos al cuerpo. Incluso hasta crearon un software que le permitió a su hijo conectarse con el mundo exterior.
Luego de esto le hicieron más exámenes y se comenzaron a ver avances notorios. A los 24 años su cuerpo comenzó a funcionar normalmente y su cuerpo también. Para el año 2003, Martin ya se mostraba bastante recuperado y comenzó a ganar dinero creando sitios web. Hasta logró terminar sus estudios universitarios y se casó en 2009 con una mujer de Inglaterra. Actualmente Martin ha superado su enfermedad en casi un 100% y todo gracias a la ayuda de sus padres, médicos, la enfermera y su esposa. Hoy con 39 años, puede contar con orgullo su increíble historia de recuperación y superación.
Estuvo 10 años encerrado en su cuerpo, sin poder decir ni expresar lo que necesitaba. Debe ser una sensación desesperante, ya que, muchas veces, la mente sigue funcionando casi intacta pero es simplemente que el cuerpo no nos responde. Afortunadamente esta enfermera fue más allá y dio esperanza a una recuperación, que en otro caso hubiera llevado incluso a desconectarlo.
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