Un adolescente de apenas 14 años murió esta semana en Argentina luego de que sufriera una infección generalizada producto de un piercing en el lóbulo de su oreja, en un caso que ha consternado al país y que llama la atención sobre el poco control que reciben los centros donde se realizan estas perforaciones.
Según Orlando González, el director del Hospital de Niños Orlando Alassia (provincia de Santa Fe), donde fue atendido el joven, la puerta de entrada de la infección por estafilococo fue el aro, pero que luego se focalizó en la cadera del muchacho y se fue extendiendo hasta convertirse en un cuadro generalizado y muy severo imposible de sanar:
El lugar de origen de la infección era el aro, eso después se transmite por la sangre y pasa a cualquier lugar del cuerpo y después se generaliza (…). Estos no son casos muy frecuentes, ni que hagan infecciones tan severas, pero esto nos lleva a reflexionar en las condiciones en que se pueden colocar estos objetos. Si uno decide colocárselo tiene que tener todas las medidas higiénicas necesarias como para hacerlo de forma conveniente. El piercing lo que hace es romper la barrera de defensa del cuerpo y hace más posible las infecciones. Este chico hizo una infección grave y generalizada por un germen agresivo.
El especialista señaló además que la infección se hizo mortal en apenas una semana y advirtió, por lo mismo, que los jóvenes deben hacerse estas intervenciones en lugares donde cuenten con la autorización y el permiso sanitario correspondiente.
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