Según autoridades brasileñas, varias empresas estaban usando tácticas ilegales para vender carne en mal estado. Eso incluía cambiar la fecha de vencimiento, “maquillar” para cambiar su aspecto e, incluso, usar químicos para disimular el mal olor.
La “Operación Carne Débil” de la Policía Federal brasileña fue dada a conocer recién este viernes y logró poner en evidencia a varias empresas incluyendo a las más importantes del país. Los productos cárnicos adulterados eran vendidos dentro y fuera del país.
La investigación tomó 2 años en concluirse e incluyó siete estados del país. Incluso se descubrió una extensa red de sobornos y donde estarían involucrados decenas de inspectores encargados de certificar que esos productos cumplieran con las normas sanitarias.
Entre las empresas involucradas están BRF y JBS, que son las mayores exportadoras mundiales de carne y cuyos encargados negaron las acusaciones de prácticas fraudulentas.
Según el jefe de la Policía Federal de Brasil, Mauricio Moscardi, “estaban usando ácidos y otros productos químicos cancerígenos. El objetivo era disimular el aspecto del producto podrido y tapar su olor”.
En la conferencia de prensa también indicaron que modificaban las fechas de vencimiento e inyectaban agua a la carne para que aumentara su peso. Además, cuentan con evidencia de que las compañías falsificaron documentos para lograr exportar los productos a Europa, China y Medio Oriente.
Vínculos con la política
Brasil es el mayor exportador mundial de carne de res y de pollo, y es el cuarto en carne porcina. En 2016, sus exportaciones fueron el 7,2% del comercio global del sector.
Según la agencia Reuters, Brasil exportó el equivalente a US$6.900 millones de carne de ave de corral y US$5.500 millones de carne vacuna sólo el año pasado.
Durante el operativo, la policía hizo varios allanamientos y detuvo a inspectores sanitarios y a directivos de varias de las empresas involucradas.
En la conferencia de prensa, Mauricio Moscardi agregó que “la investigación es clara en concluir que parte del dinero de las coimas era inyectado a partidos políticos”. Algunos miembros del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (liderado por el presidente Michel Temer) y del Partido Progresista están implicados en el escándalo, aunque no se dio nombres.
Blairo Maggi, ministro brasileño de Agricultura, emitió un comunicado donde indica que se había ordenado la suspensión de 33 funcionarios del gobierno acusados de estar involucrados en el peor escándalo en la historia de las carnes de Brasil.
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