Se llama Rodrigo Alves y ha gastado miles de dólares en cirugías.
Su obsesion en parecerse en lo posible a Ken. Es un adicto a las cirugías y nunca es suficiente para él. Ha gastado más de medio millón de dólares con tal de asemejarse al muñeco de Barbie. Pero algo le falta, y por eso viajó hace poco a Delhi para operarse los ojos. Se trata de una arriesgada operación, pero él está seguro de lo que quiere.
Ésta sería su cirugía nº 58.
La estrella de realities visitó los distintos lugares de interés en Delhi. Vistió ropas adecuadas para el calor sofocante del lugar: un traje ajustado.
Estuvo tomándose selfies frente al hermoso paisaje y recorrió un colorido mercado donde aprovechó de comprar. En una entrevista había explicado que tanto en el Reino Unido como en Estados Unidos, los cirujanos se rehusaron a hacerle el cambio de color por razones meramente cosméticas.
Comentó “…mi próxima cirugía será el cambio permanente de color de ojos. Llevo años usando lentes de contacto que son pintados a mano por un artista de Estados Unidos. Cada par me cuesta 500 dólares y hasta ahora tengo 14 colores diferentes. Mi color natural es marrón y ya estoy aburrido de llevar los lentes“.
Alves tenía programado ponerse un color “gris hielo claro” y su idea original era volver a Londres para mostrar su penetrante nueva mirada. Todo el procedimiento sería grabado, explicó Rodrigo.
Pero recibió una mala noticia estando allá. Los médicos de India también se negaron a llevar a cabo el procedimiento. Le explicaron que era una operación muy riesgosa porque sus ojos son demasiado pequeños como para sostener el iris artificial.
Sin embargo, a pesar de la mala noticia, el Ken humano decidió hacer trabajo de caridad con huérfanos del lugar. Donó ropa y comida a los pobres e incluso bañó a niños de un orfanato.
Dentro de lo que se ha hecho, están la liposucción, rellenos, ocho trabajos de nariz e implantes de silicona en el pecho; además, inyecciones de células madre en su cara y cabello.
La mayor parte de sus ingresos provienen de unas propiedades que tiene en Puerto Banús y Marbella. Aparte, recibe “una generosa herencia mensual” de sus abuelos europeos.
Por esta vez, deberá esperar a cambiar su anhelado color de ojos, quizás por siempre.
Al fin y al cabo, si puede lo hará.
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