En diversas partes del mundo existen animales que son extraños para todos aquellos que no conviven con ellos diariamente pues son casos desconocidos para la mayoría de las personas del planeta que se asombran al conocerlos pues no calzan con la imagen que ellos tienen de algunas especies.
Este es el caso del cerdo mangalica, uno que tiene un aspecto que te parecerá sorprendente pues a diferencia de los porcinos que conocemos este tiene lana en su piel, dando la apariencia de una oveja por lo que incluso se les ha llamado así, “cerdovejas”.
Estos cerdos eran criados en Hungría para luego ser llevados a la mesa del emperador austrohúngaro en el siglo XX pero luego de ocurrida la Segunda Guerra Mundial, su número se vio tan reducido que incluso estuvo en grave peligro de extinción.
En 1980 ya solo quedaban 200 de estos cerdos por lo que el genetista alemán Peter Toth quiso recuperar esta especie por lo que compro el número total de animales.
Hoy existen unos 20.000 y su carne es una muy apetecida, aunque bastante cara. El carácter de estos porcinos es tan apacible que incluso sirven de compañía, tal y como un perro.
Según su pelaje los cerdos mangalicas pueden ser rojos, negros, rubios y golondrinos, es decir blanco y negro.
Y así son cuando pequeños
Su carne es ideal para producir jamón
Y a pesar de que su pelaje es suave y fino ellos no dudan en revolcarse en el barro cada vez que pueden
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