No es secreto para nadie, que la guerra contra las drogas y así también el crecimiento y empoderamiento de los carteles de drogas, hacen que México sea un país de lucha armada constante y Norma Mendoza, de 32 años aprendió de esta realidad de la peor manera, pues lo que vivió jamás podrá olvidarlo.
Norma, fue detenida el 2011 por militares que la acusaron de ser una espía de un cartel de droga. La llevaron a un lugar desconocido en un auto, y durante todo el viaje el miliar le pidió que estuviera acostada boca abajo, según su relato, solo para ver sus nalgas.
Al llegar a destino, un hombre gordo llamado Mireya “Tongolele”, la tomó del cabello, la abofeteó y le dijo que era una mugrosa.
Antes de ser secuestrada, Norma era secretaria en un bufete de abogados. Su marido la había dejado y fue así como decidió viajar a Nuevo Laredo, con un pretendiente.
En el hotel donde se hospedaba, un grupo de hombres la molestaban en la piscina y al volver a su cuarto, los militares la estaban esperando junto a su compañero.
Ahí fue cuando la arrestaron y cuando la mantuvieron detenida. Fue en ese momento en que pudo darse cuenta de que uno de los tipos que la había molestado en el hotel, era el abogado a cargo de la detención. Lo peor de todo fue que le dijeron, que si pasaba 15 días con él, la liberaba.
De acuerdo al medio que publicó esta información, en la declaración de Norma, escribieron que trabajaba como vigilante de narcotraficantes. “Esta te salió fierita”, le dijo la mujer que redactaba para el abogado.
Fue así entonces, como terminó siendo injustamente detenida y torturada. Le bajaron los pantalones y la ropa interior, le dieron los primeros 15 tablazos en nalgas, piernas y espalda. Eso, cada hora.
Luego, abusaron sexualmente de ella, según ellos como método para hacer que Norma confiese su participación en el cartel.
Luego de esto, dos mujeres la golpearon y la llevaron a una celda sucia, donde constantemente le arrojaban baldes con agua fría. Además, le arrancaron las uñas y le quemaron el cuerpo con cigarros.
Finalmente, y tras pasar días siendo torturada. Despertó en una clínica. El diagnóstico era impactante: le quitaron parte de su hígado, le extirparon la vesícula, tenía múltiples fracturas, hemorragia interna e inflamación cerebral.
Sus atacantes pensaron que estaba muerta, por eso la retiraron del penal y la llevaron a la morgue. Desde que la encontraron con vida, ha tenido que pasar por 14 intervenciones quirúrgicas.
Recién el 14 de enero del 2015, y luego de 3 años de querellas, pudo ser absuelta y puesta en libertad….de un crimen que jamás cometió.
¡Qué terrible! Espero que esta mujer logre tener justicia por todo lo que sufrió. No olvides compartir la historia de esta luchadora.