Bolt y Keel fueron encontrados en un arbusto, detrás del basurero de un parque local. La intención de las personas que los encontraron era llevarlos al refugio de animales más cercano pero no estaba abierto en ese momento. El día siguiente sus nuevos amigos humanos tenían programado un viaje de dos días para disfrutar de aventuras en kayak, haciendo senderismo y acampando, pero no sabían qué hacer con los dos gatitos así que los llevaron a su aventura.
Rápidamente, estos adorables gatos se ganaron el corazón de sus rescatistas y desde entonces Bolt y Keel se han unido a las fantásticas expediciones por senderos, en kayak, en bote y siempre están dispuesto a probar nuevas experiencias junto a su nueva familia.