Todo el mundo ama las esponjas hechas de red llamadas loofahs, porque además de exfoliar y hacer rendir el jabón, son muy bonitas y fáciles de usar. Pero los dermatólogos y otros científicos tienen algo muy distinto que decir sobre estos implementos.
Un estudio de 1994 aseguraba que las populares esponjas pueden alojar y transmitir pseudomonas aeruginosa, una bacteria oportunista que puede causar enfermedades en animales. De hecho, que la esponja quede húmeda en la misma ducha hará que varios hongos y bacterias puedan reproducirse en el implemento, que además se llena de células muertas si no es lavado después de cada baño.
“La loofah repartirá sobre tu cuerpo la suciedad que le quitó ayer”, dijo el dermatólogo Michele Green.
De hecho, el también dermatólogo Matthew Knight, apunta que también están presentes las bacterias responsables de la conjuntivitis o los furúnculos. Todos, microorganismos que se pueden reproducir en cosa de horas.
Todo esto se puede evitar cambiando la esponja una vez al mes, evitando comprar las hechas de plástico y usar loofahs orgánicas, y limpiándolas después de cada uso y tendiéndolas junto con la toalla.
Así que ya lo sabes, si usas una red de baño, cuida que no te cause más daños que beneficios.
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