Un hombre, a quien para proteger su identidad llamaremos Roberto, confesó recientemente que a los 12 años de edad perdió su virginidad en manos de la persona que más debía cuidarlo: su madre. Desde entonces, su adolescencia se volvió un tormento.
Todo empezó cuando el niño había caído en cama por una enfermedad.
Roberto dijo que su madre estaba “mentalmente enferma”, y que el día en que abusó de él ha sido muy difícil de olvidar y le ha acarreado gran dolor e impacto hasta el día de hoy.
Aquel día, Roberto se encontraba muy enfermo, y su madre se acostó junto aél en su cama. Luego, lo comenzó a tocar para -según su madre- hacerlo sentir “muy importante y especial”. El niño creció pensando que eso debía ocurrir para crecer.
Aunque vivían en una zona acaudalada y que Roberto estudiaba en una escuela privada, en su casa todo pasaba a segundo plano cuando la madre se encerraba junto al adolescente para violarlo repetidas veces.
Los abusos físicos y mentales perpetrados por su madre -quien lo convenció de guardar silencio sobre el asunto- lo marcaron de por vida.
Fue tres años más tarde, cuando Roberto tenía 15 años, que pararon los abusos debido a que su madre murió. Con el tiempo, se mudó, se enamoró y se casó.
Por dos décadas le ocultó el secreto del abuso a su esposa, hasta que vio una historia en las noticias y los recuerdos lo asaltaron. Cuando por fin se sintió preparado para contarle a su esposa, su matrimonio se fracturó irremediablemente.
Luego del divorcio, Roberto sigue sufriendo por el trauma que lo marcó depor vida.
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