Creo que para nadie es extraño el concepto de una tienda de lavandería, especialmente porque es una escena que suele aparecer en varias produciones de Hollywood y también en la televisión, donde el uno de los personajes acude a una lavandería de barrio o a una lavandería comunitaria en un edificio, a esperar que su ropa esté lavada y seca.
El ejemplo más reciente en el que puedo pensar, es en la serie “The Big Bang Theory”, donde estas escenas suelen ser bastante recurrentes y, aunque para muchos de nosotros, pueda parecer algo fuera de lo común, lo cierto es que es una costumbre muy arraigada en los Estados Unidos y en varios lugares de Europa.
Es que, llega incluso a ser curioso, pues no importa que las tecnologías sean cada vez más y más económicas y que la importación permita acceder a este tipo de electrodomésticos a un muy buen precio, ya que algunas personas (muchas) simplemente prefieren no instalarlas en sus casas pero, ¿por qué?
La gran depresión
En muchos países, la compra de este tipo de electrodoméstico iba de bien a mejor, hasta que la gran depresión azotó a los Estados Unidos, por lo que las personas escogieron prescindir de estas, pues llegaron a ser consideradas un verdadero lujo.
Las mujeres, se dedicaron por muchos años más, a la tediosa tarea de lavar la ropa a mano y, las lavanderías profesionales solo quedaron, para aquellos más pudientes y de mejor clase.
Para el año 1934, un joven empresario decidió abrir la primera lavandería con autoservicio del país, en Fort Woth, Texas.
Su negocio, solo contaba con 4 lavadoras eléctricas, pero llegó a ser extremadamente popular, tanto así que el dueño recuperó su inversión en tiempo récord. Y fue así, como las tiendas de este tipo, comenzaron a proliferar en todo el país, primero accionadas por un dependiente, y luego accionadas rápidamente por monedas.
Debido a los bajos costos de este servicio y la larga vida útil de estos electrodomésticos, la competencia logró ofrecer cada vez mejores precios por lavado y un horario de apertura muy amplio, incluso algunas funcionan las 24 horas del día.
Con el tiempo, las lavanderías se convirtieron en un centro local, donde las personas solían estar en la compañía de sus vecinos y otras amistades. Además, esto significaba un gran ahorro para los usuarios, pues no gastaban ni en agua, ni en electricidad, muchos menos en la costosa compra y el mantenimiento de una lavadora.
Actualmente, existen otros factores culturales que han permitido que el negocio de las lavanderías funcionen hasta el día de hoy y, una de estas es el mercado inmobiliario.
El precio por metro cuadrado de un inmueble, está cada vez más caro y usar un espacio en una lavadora y secadora, en un departamento pequeño, puede ser algo muy difícil por lo que muchos aún prefieren prescindir de estos electrodomésticos. Sin mencionar, que ademas la mayoría de los caseros, establecen por contrato la restricción de estos, pues piensan que una fuga de agua o algún otro tipo de accidente, podrían dañar gravemente el inmueble.
Por lo general, solo las familias más acomodadas y con suficiente espacio en casa, gozan de un cuarto de lavado dentro de casa, pero incluso estos, prefieren acudir a una lavandería para limpiar prendas más grandes, como cortinas o cubrecamas.
Las lavanderías del futuro
Lavandería con zona infantil
Como todo en la vida, este tipo de tiendas también se han modernizado y adaptado a las necesidades de sus clientes, ofreciendo nuevos servicios. Wifi, máquinas de café y refrescos, cómodos asientos, zonas de lectura, zonas infantiles, televisores y hasta Netflix, son uno de los nuevos beneficios.
Y los gastos, son cada vez más justificados, pues según datos del año 2011, en EEUU, existen unas 35.000 lavanderías públicas, las que generan ingresos de unos 5 mil millones de dólares al año.
Esto sí que no lo sabía, ¡recuerda compartir esta increíble nota!
