Si bien es un esfuerzo, lograr que las ventanas queden relucientes es una tarea técnicamente bastante sencilla: basta un paño y un producto para limpiar cristales. Sin embargo, los lugares en que se acumulan la suciedad, la humedad, insectos y arácnidos no están tan a la vista y son de difícil acceso: los carriles.
Pues bien, acá te enseñamos unos trucos para que limpiarlos no sea una tarea tan titánica como aparenta a simple vista. Necesitarás:
-Vinagre blanco
-Bicarbonato de sodio
-Bastoncillos de algodón
-Un cepillo de dientes viejo
1.Desmontaremos nuestras ventanas y, si es necesario, nuestras mosquiteras.
2.Espolvoreamos el carril con el bicarbonato en polvo, especialmente donde se acumula más suciedad: en las esquinas.
3.Vierte un poco de vinagre en el carril. Esto generará una reacción química que arrancará la suciedad por sí misma.
4.Con un bastoncillo o cotonito de algodón, presionaremos el canto del carril para desprender la suciedad que pudiera quedar pegada aún.
5.Luego, vierte una cantidad de agua suficiente como para que la suciedad se remueva y caiga hacia afuera o puedas quitarla con un paño.
Si aún quedan zonas sin limpiar completamente, puedes usar un cepillo de dientes viejo.
Así de sencillo es mantener nuestras ventanas limpias de forma económica y sin dañar el medioambiente.
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