Los aviones fuera de servicio a menudo son desmantelados y vendidos por piezas, mientras los restos que no son reutilizables permanecen en los llamados “cementerios de aviones”. En todo el mundo existen estos cementerios que están formados por lotes grandes, vacíos y toneladas de chatarra.
El reportero gráfico Taylor Weidman visitó recientemente un cementerio de aviones en Bangkok, Tailandia; sin embargo, lo que más llamó su atención no fueron los aviones, sino más bien las personas que viven entre los escombros.
Las tres familias que viven en el lote sobreviven cobijadas en el casco de un 747, unas pocas colchonetas y cortinas improvisadas. Para conseguir algo de dinero, muchos de ellos recogen chatarra y también permiten que fotógrafos y turistas tomen fotos de sus casas por 100 baht (alrededor de £1.80 o USD$2.77).
Ver estos vehículos que fueron utilizados para transportar a personas cómodamente ya sea por negocios o placer y que ahora presentan una utilidad bastante más básica nos proporciona una nueva perspectiva de estos monstruos voladores. También es destacable la creatividad de quienes los habitan; ya que transformar los aviones para que sean sus hogares requiere de un gran esfuerzo y sacrificio.
Las familias de Ramkhamhaeng son seres humanos como cualquier otro y hacen lo posible para sobrevivir con los suyos.
Esta impresionante colección de fotos es un breve vistazo a lo que se siente estar en sus zapatos; algo que todos deberíamos tratar de hacer más a menudo.
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