A veces es imposible aceptar “no” por respuesta. Incluso si es un “no” de parte de la administración municipal. Este es el caso de Eric Vekeman, de Bélgica, quien no pudo aceptar el hecho de que le negaran un permiso de estacionamiento, así que se construyó uno que no interfiriera con las regulaciones de la municipalidad.
Eric decidió obtener un estacionamiento después de haber cerrado su tienda de alimentos. Pero resultó que no era posible debido a la protección del paisaje urbano. Así que el hombre se construyó de forma muy inteligente. Desde el exterior se ve como la vitrina de una tienda común y corriente pero una vez que él mueve algunas piezas, queda al descubierto un genial lugar para guardar su vehículo, demostrando que cuando se quiere algo, siempre existe la forma de conseguirlo.
Aunque parece demasiado trabajo, todo el proceso de apertura tarda menos de dos minutos. Sin embargo, Eric sigue soñando con una puerta automática.
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