Eran una familia normal que un día celebraba el cumpleaños de uno de sus pequeños hijos. Kyle celebraba su cumpleaños número 5. En ese especial día fueron a un parque de juegos infantiles juntos a sus hermanas Emma de 4, Katie de 2, su abuela Cindy y su madre Lori. Durante el día los niños se divirtieron muchísimo.
Cuando era la hora de regresar a casa, subieron todos a una minivan. De repente llegaron a un “atasco” en la vía. Lori, la madre, se giró un momento para hacer cosquillas en el pie de su hija menor y jugar un poco con ella.
Esa sería la última vez que vería a su pequeña hija reír. En solo un momento la vida de ellos terminó para siempre. Pero un año después aconteció, no uno, sino tres milagros.
Un camión chocó su auto violentamente. Sin frenar y con toda la fuerza de la velocidad que llevaba, arremetió llevándose por completo la parte posterior de la minivan dónde estaban los niños sentados. La madre y la abuela quedaron inmediatamente inconscientes. Los niños quedaron tan gravemente heridos que tuvieron que ser llevados de inmediato al hospital más cercano.
Cuando su padre Chris recibió la llamada, condujo lo más rápido posible hasta el hospital. Lamentablemente sus dos pequeñas niñas estaban ya muertas. Los padres tenían aún la esperanza en su hijo Kyle. Pero él estaba también tan gravemente herido que no tuvo ninguna posibilidad de sobrevivir. Con los corazones destrozados, tenían que desconectar de la máquina que aún lo mantenía con vida. Junto con su mujer, Chris se sentó en la cama de su hijito mirándolo con lágrimas en sus ojos mientras él expiraba su último aliento. “Puse mi mano contra su pecho hasta que sentí como su corazón se detuvo”, dijo el padre. “Entonces él también había muerto”.
Su gran pérdida los dejó terriblemente golpeados, estaban totalmente devastados cuando los vieron por última vez en sus ataúdes el día de su entierro.
El dolor era insoportable. Cada vez que ellos oían las risas tan alegres de los niños en los alrededores, cerraban rápidamente las ventanas y se encerraban en la parte trasera de su casa.
Así que los padres hicieron un pacto: prometieron no suicidarse. Aun cuando en el día a día les pareciera la única salida posible. “En este punto tan difícil, podría cualquiera de nosotros romper su promesa. Porque cada uno piensa que tal vez, sea la manera más pronta de volver a estar con sus niños de nuevo” dijo Chris. “Pero prometimos no hacerlo”.
3 meses después del fatal accidente decidieron Chris y Lori, que querían tener hijos de nuevo . “No podíamos imaginarnos más en este punto ya conociendo que es ser padres, pasarnos el resto de nuestras vidas sin hijos”, dijo Chris. De esta manera no querían vivir una larga vida. Así que se decidieron por una fecundación artificial. Intentaron entonces una fecundación con 10 óvulos. Tres de ellos fueron exitosamente fecundados. Dos niñas y un niño. Como Emma, Katie y Kyle. De hecho, ellos querían solo un hijo, pero cuando se dieron cuenta del resultado de la fecundación artificial, para ellos fue claro que se trataba de una señal.
Casi un año después de la muerte de Kyle, Emma y Katie, estos padres tuvieron trillizos: Ashley, Ellie y Jake. “Ellos nunca van a reemplazar a Kyle, Emma y Katie”, dijo Lori. “Pero todo es nuevamente felicidad en nuestra casa. Otra vez tenemos alegría en nuestros corazones. Ellos llenan nuestras vidas de nuevo con amor, felicidad y sonrisas”.
Los trillizos saben que tuvieron 3 hermanos. Sus fotografías cuelgan en cualquier lugar de la casa y sus padres hablan de ellos con frecuencia. Además también van al cementerio a visitarlos. De esta manera está la familia completa reunida y así Kyle, Emma y Katie nunca serán olvidados.
Seguramente estos padres no podrán jamás sacar el dolor que tienen en su corazón a causa de tan traumática experiencia. Son dolores con los que se viven, pero si es posible seguir y ser feliz nuevamente. Estos trillizos les llenaron de esperanza y amor nuevamente.
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