Son muchas las especulaciones respecto a la relación del actual presidente de los Estados Unidos y su esposa Melania Trump. Es que hay algo en la mirada de la Primerea Dama que mantiene en alerta a todo el mundo. Su lenguaje no verbal, expresa y delata toda una complicada verdad, a la que el mundo no ha podido quedar indiferente.
Tanto así, que el hashtag #FreeMelania, poco a poco termina por hacernos más sentido que broma, e incluso reconocidos medios, como la revista Vanity Fair asegur que la mujer es golpeada por las humillaciones y patanerías del presidente.
La misma revista, ahondó en la crisis de la que ellos nunca hablan, pero es más que evidente. En un artículo publicado, al que llamaron “Dentro del Matrimonio Trump: La Carga de Melania”, la periodista Evgenia Peretz, revela los más íntimos y crueles detalles que han sido revelados a ella, por miembros muy cercanos a la familia.
Los desprecios y el reproche de Trump
Luego de la boda de ambos el año 2005, Melania con 35 años de edad, ansiaba tener un hijo y Donald, a pesar de que no estaba muy convencido, aceptó pero con la condición de que su mujer recuperara su cuerpo de modelo tras el parto. Esto, lo confesó él mismo a un cercano el cual quedó aterrado con la rudeza y el reproche que evidenciaba el trato del magnate a su esposa, “No lo preocupaba cómo se sentía, la trataba como queriendo decir, eres tú la que quería tener un bebé“.
Tras la toma del poder, Trumo dejó ingratos recuerdos para su esposa. Incluso, hay una grabación del rostro de Melania, que ha dado la vuelta al mundo, en la que se le ve sonriente hasta que él la mira y le dice algo, que cambia completamente su expresión. A eso, sumado el gesto de Trump al llegar por fin a la Casa Blanca, en donde él baja del auto que los llevaba, y la deja atrás como si no existiera o importara, todo prueba de una tensa relación entre ambos. En el caso de Obama, se ve la misma situación, pero en que el hombre espera a su esposa y juntos suben las escaleras (tercera foto).
Peretz, la escritora del artículo para Vanity Fair, sugiere que el matrimonio fue solo una transacción que brindaría beneficios para ambos. A ella, la posibilidad de quedarse en los Estados Unidos y no tener que volver a Eslovenia, como una fracasada modelo y a él, la idea de probar su virilidad. A cambio, ella debía otorgarle espacio y no provocar peleas.
El miedo al nuevo Presidente
Un ex colaborador de los Trumps, confesó a la escritora que Melania no quería que su esposo se postulara a la presidencia, pues temía que ganara, y fue así como pasó de ser modelo a vivir en un rol impuesto, con el que no se siente para nada a gusto. Ahora, puede hablar solo cuando él pide su palabra y debe repetir siempre sus mismas ideas, en cada una de las entrevistas que concede.
Otro punto muy doloroso para Melania, durante todo el período de candidaturas, fue tener que defender a su esposo, especialmente tras la filtración de una conversación que ocurrió en un set de televisión, en la que él expresó que “a las mujeres las agarraba por a vagina, pues su fama se lo permitía”. Luego de esto, aparecieron cerca de 20 víctimas de supuestos abusos sexuales, cometidos por el -ahora- presidente. Durante todo este tiempo, a Melania se le vio agotada y muy triste.
Otro dato realmente escandaloso, es que el plena campaña, Melania pensó en divorciarse, y no solo por todo lo que ella ya sabía de su esposo, sino porque además, salió a la luz otra información en la que se decía que Trump, le había sido infiel con la conejita Playboy Karen McDougal, solo un año después de haberse casado. Sin embargo, se le bajó el perfil a la información, luego de que David J. Becker, un amigo del magnate, comprara el silencio de McDougal, por 150.000 dólares.
A Melania, lo único que le importa y que le llena el gran vacío en su corazón, es su hijo Barron. Toda la idea de ser Primera Dama de Trump, no le entusiasma para nada. Por lo mismo, tampoco le importa que sea su hijastra Ivanka, la que ejerza su rol.
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