Así Lograron Fabricar Hielo Los Persas En Medio Del Desierto

Un refrigerador es actualmente un aparato electrónico indispensable para nuestro hogar, sin él muchos de los alimentos se pudrirían y no durarían más que un par de horas, no podríamos congelar nada porque no tendríamos cómo hacerlo o dónde almacenarlo con la cantidad suficiente de frío.

Sin embargo hace más de 2.400 millones de años atrás los Persas ya hacían toneladas de hielo y congelaban su comida sin tener ni un conocimiento electrónico como el que existe hoy.

 

Los Persas lograron crear la tecnología necesaria para obtener toneladas de hielo sin tanto esfuerzo. Y eso que ellos habitaban una región semidesértica con altísimas temperaturas durante el verano.

Además de grandes guerreros, los persas fueron una cultura extremadamente rica e influyente que supo atraer a los mejores intelectuales de la época. Así nacieron los “yakhchal” o pozos de hielo. Estas construcciones se basan en el principio de refrigeración por evaporación y contaban de dos partes: el lugar de fabricación y el de almacenaje.

 

El lugar de almacenaje, llamado Domo, es una especie de cúpula que recuerda al exterior de un panal de abejas, cuya base se entierra a cierta profundidad para mantener la temperatura.

La zona de producción de hielo se mantiene anexa al Domo y consta de tres partes:

 

  1. Un pared principal, ubicada necesariamente en dirección este-oeste.
  2. Un pequeño acueducto subterráneo con flujo sur-norte, que podía verter agua de manera controlada a tres canaletas distintas.
  3. Las tres canaletas, de entre 40 y 50 centímetros de profundidad, generalmente estaban protegidas por una segunda pared y un techo.

El edificio estaba construido siempre en piedra de gran porosidad, que ayudaba a mantener el frescor y favorecía la congelación del agua.

 

Durante el mes de enero, el mes más frío del invierno, las temperaturas caen por debajo de los 0ºC durante la noche. De día, el clima tampoco es especialmente caluroso, con temperaturas de entre 7º C y 13º C. Aprovechando el frío de la estación, se llenaban las canaletas de agua permitiendo su congelación, que podía durar varios días.

Cuando por fin se congelaba el agua de las canaletas, se procedía al corte y vaciado del hielo, que era trasladado hasta la zona de almacenaje inferior del Domo. A su vez, esta zona era enfriada por un último flujo de agua que tocaba las paredes de piedra más frías. Después de ser usada, este agua tampoco se desperdiciaba, pues se redirigía hacia los campos de cultivo para regar.

 

Una vez lleno de hielo, el yakhclal podía mantenerse helado hasta el año siguiente. En la zona media del Domo se colocaban las piezas de alimentos que deseaban congelarse y almacenar por varios meses, mientras que en la parte más superior se colocaban las piezas a mantener frescas, como el queso y la fruta. Por último, el hielo también podía extraerse de la cámara hacia el palacio, donde se utilizaba para enfriar, en el acto, todo tipo de bebidas.

 

Aunque efectivo, el yakhclal era una construcción muy costosa, solo al alcance de las familias más adineradas. Su posesión se convirtió en un símbolo de estatus y poder, y casi todos los terratenientes y comerciantes importantes se hicieron con uno.

A día de hoy, muchos de estos yakhclal se mantienen en pie en Irán, listos para hacer hielo o ser visitados. Esto sí que es una tecnología duradera y eficiente, y no la obsolescencia programada con la que nos obsequian nuestros fabricantes de electrodomésticos.

 

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