Hay animales que también deben vivir su duelo. De alguna forma comprenden que el amigo no va a volver y extrañan su presencia. Al parecer, en el caso de los perros, ellos sienten y les duele cuando se quedan solos.
Así le pasó a Cookie, quien perdió a su mejor amigo, Stitch.
Por muchos años, ambos compartieron todo, hasta la comida. De hecho fue Stich quien le enseñó al pequeño cachorro a compartir la comida cuando llegó a casa por primera vez. Pero tenía su estilo. Cookie debía dejarle la mitad de su alimento en el plato para que Stitch lo probara. Así fue la rutina por años. Pero Stitch murió a principios de junio y Cookie siguió dejándole la mitad de su alimento a su compañero ausente.
Cuando el dueño se dio cuenta, quedó sorprendido. Cookie estaba viviendo su duelo y aprendiendo a vivir sin su amigo a su lado.
Una historia muy emotiva. Recuerda compartirla