Son tan impactantes por sí solas, que no es difícil imaginarse lo peor cuando las ves sin contexto. Pero el río rojo sangre que estas imágenes muestran es óxido ferroso sobre una fina capa de nieve.
Aún así, este hecho tiene la suficiente fuerza simbólica para hacernos pensar que, aunque nos cueste creerlo, estamos matando al planeta.
Esta herida del glaciar Griffith Taylor, ubicado en el polo sur, finalmente ha podido ser explicada por un grupo de científicos que se dedicaron a su estudio por décadas.
Pese a que varias teorías sugerían que se trataba de un tipo de alga específica anidada en aguas submarinas, el estudio -llevado a cabo desde 2003- logró revelar que en realidad se trataban de depósitos de óxido de hierro atrapados en un gran lago salado subterráneo que se filtró a la superficie debido al movimiento de las placas tectónicas y al descongelamiento del glaciar.
Increíble que, aún cuando el misterio está resuelto -y la respuesta no es sangre, literalmente- nos sigue advirtiendo del daño que le hacemos al planeta al no hacerle caso al calentamiento global.
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