Eva Analía de Jesús es una argentina que llevaba meses encerrada, en un horrible castigo. En octubre del año pasado fue encarcelada en Buenos Aires, y este hecho movió a miles a protestar en contra de la decisión de la justicia e intentar sacar a Eva de ahí. Su condena era considerada como irresponsable e injusta, y es fácil entender la razón.
Eva, conocida como Higui, dejaba la casa de uno de sus amigos el día 16 de octubre de 2016. Cuando iba camino a su hogar, un grupo de hombres la rodeó. Ella ya los conocía: estos sujetos la habían acosado en varias ocasiones anteriores por ser lesbiana.
Pero en esta ocasión, llevaron las cosas terriblemente lejos: la rodearon, la golpearon y la empujaron hasta botarla en el piso, mientras le decían “te voy a hacer sentir mujer, forra lesbiana”.
Eva sintió lo peor cuando uno de los hombres rompió su pantalón y su ropa interior, y otro se le puso encima para violarla.
Ante los ataques de los que estaba siendo víctima sabía que podía morir. Por ello Higui no lo pensó dos veces: la mujer, que siempre llevaba un cuchillo con ella, rápidamente lo sacó y lo clavó en el pecho del hombre, asesinándolo. Luego no pudo hacer más, porque cayó inconsciente tras los golpes.
Despertó sólo cuando una linterna iluminaba su cara: un policía se llevaba el cuerpo, y otro se la llevaba detenida por el asesinato de Cristián Rubén Espósito.
Fueron meses de lucha para que no se criminalizara la defensa propia de Higui, y sólo esta semana su abogado logró que fuera excarcelada y quedara en espera del juicio de libertad. El defensor argumentó que ella era una víctima que sólo actuó en legítima defensa.
El colectivo Ni Una Menos se sumó a los argumentos y el apoyo, así como muchas mujeres y organizaciones feministas alrededor del mundo.
Ojalá que el juicio la califique de inocente, pues eso es lo que es. Y también ojalá que se siga sumando gente defensora de estos casos, para terminar con la discriminación contra las mujeres y la comunidad LGBT+.
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