La llegada de un bebé a casa, siempre es un motivo de felicidad, pero también está más que claro que todas las cosas comienzan a cambiar. Todo gira entorno al nuevo integrante de la familia, para mantenerlo cómodo y a salvo durante sus primeros días y meses de vida, que pueden llegar a ser de mucho riesgo.
Pero, por más que intentemos de protegerlos ante todo, muchas veces no podemos y lo peor de todo y más angustiante, es que es muy difícil saber qué o dónde les duele, pues al ser pequeños, no pueden ni hablar.
Algo así le sucedió a la pequeña Molly, de Kansas. Una bebita que nació 7 semanas antes de la fecha que correspondía y, de pronto, de un segundo a otro, comenzó a llorar y a gritar desconsoladamente.
Como esta suele ser una práctica común en algunos bebés, especialmente cuando están llegando a casa y comienzan a acostumbrarse al mundo fuera del útero, es común que los bebés lloren con mucha intensidad, por lo que sus padres no consideraron que se tratara de algo realmente preocupante…al comienzo.
Sin embargo, la situación no mejoraba y la bebita lloraba cada vez más y más, fue entonces cuando su padre Scott, decidió desvestirla por completo y se dio cuenta de que tenía un cabello enredado en uno de sus dedidos del pie.
Su madre, pudo quitarlo con pinzas y con mucho cuidado, pues el cabello le estaba cortando la circulación. Afortunadamente, no pasó a mayores y la pequeña se está recuperando muy bien.
Durante una visita al médico, este le comentó a la familia que esto es más común de lo que podemos imaginar, por lo que siempre que un bebé llore, es importante revisarle todo el cuerpo, con mucho cuidado, especialmente los pies.
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