Para un bebé, muy pocos lugares son más seguros, afectivos e importantes en el desarrollo de un bebé, que los brazos de su propia madre. Pero, ¿qué rol juega el padre durante los primeros meses de vida de un niño? Está más que claro que solo una madre puede amamantar, sin embargo, su cercanía, su voz e incluso hasta su piel, son increíblemente poderosos para el desarrollo de un niño.
Por ejemplo, a diario hoy son cientos los hospitales que integran a sus partos, un maravilloso protocolo. Si una madre da a luz por cesárea, cuando se está recuperando de la anestesia, a los padres se les permite, si lo desean, quitarse la camisa y apoyarlos desnudos en su pecho, así generan inmediatamente un lazo de apego con su recién nacido.
Recién al salir del útero, el bebé regula su temperatura, alivia su estrés y en ese momento, se encuentra con ese primer y reconfortante primer abrazo con quien será parte para siempre de su vida, su padre. Esta es una iniciativa que de a poco se está llevando a cabo en los centros hospitalarios del mundo entero.
Creciendo en los brazos de papá
Siempre se habla de los cambios hormonales y hasta físicos que sufre una madre durante el embarazo y la lactancia y, muchas lectoras sabrán que esto es así. Pero, aunque no lo creas, el cerebro del padre también vive su propio proceso hormonal y emocional.
Menos producción de testosterona durante la crianza
Este dato es realmente interesante. Pues, según un estudio llevado a cabo en la Universidad de Northwestern, en Estados Unidos, afirma que los niveles de testosterona se reducen de forma realmente en un hombre, cuando este se convierte en padre.
- La testosterona, es una hormona que cumple una función importantísima durante la época de cortejo e intimidad de la pareja. Sus niveles más altos, se registran sobre todo durante la primera época de seducción.
- Pero, cuando la pareja comienza a vivir las etapas del embarazo y el parto, el cerebro del padre no necesita de la testosterona pues su única necesidad es garantizar la supervivencia del bebé, atenderlo y cuidarlo.
El instinto “maternal” no es solo las de mujeres
Aunque jamás hayas tenido experiencia con los niños, al tener uno propio, crece en nosotros un instinto natural para la atención, el cuidado y el cariño de nuestros niños, que nace de manera innata, ya seas hombre o mujer. El hecho de dar a luz y de tomar en brazos a esta criatura, activa en nuestro cerebro lo que se conoce como “red de paternidad”.
- Es este ámbito, a manera interna, participan las estructuras cerebrales como la amígdala, la ínsula o el núcleo accumbens.
- En la mujer es algo prácticamente instintivo. Pero en los hombres, este instinto se desarrolla de manera más intensa al mantener cercanía con el bebé.
- De hecho, hay estudios que indican que el cerebro de un hombre, se vuelve más maternal si este se encarga de las actividades del bebé.
Hacer el colecho con el bebé, darle su biberón, bañarlo y mecerlo en brazos, hace que este instinto se intensifique.
En los brazos y la piel de papá
El método piel con piel, es igual de beneficioso para una madre, como para un padre. Este contacto, siempre será mejor que una cuna y le dará alivio y contención.
Este método es recomendable para los padres, porque durante la crianza en estos días, se sabe que que este no es solo un simple espectador, que criar es algo que se hace en equipo y que si la mamá le da pecho, el papá puede ser quien le ofrezca al bebé sus brazos para que duerma y sienta la seguridad, como la que les da el hecho de escuchar un corazón latir a su lado.
Tanto así, que esta práctica es vital en caso de que los bebés sean prematuros, pues así:
- Regulan su temperatura y respiración.
- Ayuda a disminuir infecciones.
- Se favorece la maduración neuronal.
- Hace que el descanso del bebé sea de mayor calidad.
- Se le ofrece al bebé, un estímulo temprano a nivel sensorial.
- Ayuda a que aumente más rápido de peso.
- Hace que los bebés lloren menos y ayudamos a que el bebé se adapte más rápidamente a la vida fuera del útero.
Para concluir, podemos decir que es realmente importante en la vida de un bebé, la presencia del padre, tanto como la presencia de la madre. Esta es una etapa en la que el bebé solo necesita 3 cosas: leche materna, afecto y crecer con rutinas.
No olvides, ser parte de la crianza de tu bebé, de manera activa, seas padre o madre. Solo así, criarás hijos más felices.