Una noble acción hace Barry Stewart, profesor de economía doméstica, quien combina de la mejor forma el aprendizaje, la creatividad y la filantropía. En sus clases, no solo enseña lo típico como cajas de madera y adornos para las paredes, sino que sus alumnos también construyen casas para perros y gatos que viven en refugios locales.
Esta idea surgió hace 14 años, en Carolina del Norte. En ese entonces supo de un programa de Control de Animales en Forsyth llamado Casas para perros. El objetivo era donar las casas y éstas eran entregadas a los residentes de bajos recursos que poseían perros. De esta forma, estaban protegidos. Y replicando el concepto, Stewart empieza su propio programa dentro de clases.
Sus alumnos también aprenden los fundamentos de construcción de casas para personas, pero en una escala menor y habilidades creativas de resolución de problemas y que conlleva a las mejoras estructurales. Como por ejemplo, las entradas de las casas para perro son inclinadas para protegerse del viento y la lluvia. Las casas de gatos salvajes tienen techos movibles ya que, esta forma, los cuidadores pueden limpiar el interior con mayor facilidad.
Para varios estudiantes, ésta ha sido una experiencia realmente única y sienten que tienen la oportunidad de ayudar a los animales.
Este profesor sigue enseñando en Jacksonville, Florida, y las casas que construyen sus alumnos son donadas a Friends of Jacksonville Animals, Inc. En casi una década y media, Stewart junto a ellos han donado más de 600 casas de perro y 110 casas de gatos salvajes.
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