Estas historias son las que nos enseñan que el amor verdadero aún existe y no solo está en las películas de Hollywood. El 11 de febrero, Floyd y Violeta Hartwig, quienes estuvieron casados por 67 años, tomaron sus últimos alientos uno al lado del otro, con las manos entrelazadas. A los 90 años Floyd murió primero, mientras que su esposa, de 89 años, murió cerca de cinco horas después.
Violet sufrió demencia en los últimos años y fue atendida en su mayoría por Floyd. En enero, Floyd fue diagnosticado con insuficiencia renal y los médicos le dijeron que tenía alrededor de dos semanas de vida. Incluso con eso, Floyd aún continuó atendiendo a su esposa.
Floyd y Violet se conocían desde la escuela primaria y conectaron románticamente durante la Segunda Guerra Mundial, mientras que Floyd estaba en la Marina. Cuando Floyd fue enviado de vuelta al Pacífico, intercambiaron más de 100 cartas.
En mayo de 1947, Floyd escribió a Violet: “Hola cariño, sólo unas pocas líneas de este marinero azul solitario. Te echo de menos querida y estoy tan enamorado de ti. … Cariño, estoy seguro que seremos felices cuando salgo de esto. Me enamoré de la chica más dulce del mundo”.
El 16 de agosto de 1947, dijeron sus votos mientras Floyd estaba de baja de la Armada. Juntos tuvieron tres hijos, Donna, Carol, y Kenneth. Eran dueños de un rancho en Easton, California, donde con orgullo trabajaron codo a codo en su vejez.
“Tenían una gran conexión, y creo que la conexión se volvió más y más fuerte, sobre todo en los últimos meses de su vida”, dijo su hija Donna Scharton.
Desde amigos en la escuela primaria hasta ser amores de toda la vida, ni la guerra pudo separarlos. Su amor es una historia que resistió la prueba del tiempo, las enfermedades y la vejez. Esto hace creer en que las historias de un solo amor en toda la vida, si son posibles, solo basta encontrar a la persona correcta.
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