La clase y la amabilidad no tienen color político. Así fue demostrado por las hijas del ex-presidente George W. Bush, que en el 2008 recibieron amablemente a las hijas de Obama cuando Barack era presidente entrante, dándoles un tour por la Casa Blanca.
Ahora que las chicas Obama se van de la residencia, las hijas de Bush lees escribieron una carta abierta en la revista TIME, aconsejándoles cálidamente sobre el proceso que viene.
La carta comienza de esta forma:
Malia y Sasha, hace ocho años, en un frío día de Noviembre, las recibimos en la entrada de la Casa Blanca. Vimos la luz y la preocupación en sus ojos al mirar su nuevo hogar. Las cuatro recorrimos los majestuosos pasillo de una casa a la que no tenían más opción que mudarse.
Cuando se deslizaron por el solarium, como lo habíamos hecho también a los 8 años y de nuevo como jóvenes de 20 resucitando nuestra infancia, su alegría y risas fueron contagiosas.
Las hemos visto convertirse de niñas en impresionantes mujeres con gracia y sencillez.
Las jóvenes Bush describen la extraña posición de ser Primeras Hijas, dado que deben cumplir con actos oficiales y su labor es observada de cerca por el mundo entero. Es, como dicen las hermanas en su carta, “una posición que nadie busca y para la que no hay instrucciones”.
Pero tienen tanto por delante. Escribirán las historias de sus vidas fuera de la sombra de sus famosos padres, aunque siempre llevarán con ustedes las experiencias de los pasados ocho años.
Además, les aconsejan valorar a cada persona que estuvo con ellas durante todo ese tiempo:
Quien nos recibió durante la inauguración de nuestro abuelo [George H. W. Bush] cuando teníamos 7 años fue Nancy, la florista de la Casa Blanca, quien nos hizo salir del frío. Nos enseñó a hacer coloridos ramos con flores de invierno para las mesas de noche de nuestros abuelos. Veinte años después, Nancy se encargó de las flores para el matrimonio de Jenna. Aprecien a su Nancy.
Además, con cierta ironía les aconsejan:
Disfruten la universidad. Como la mayoría del mundo sabe, nosotras lo hicimos.
Lo dicen obviamente en referencia a los escándalos que se armaron alrededor de su costumbre de beber antes de la edad legal e incluso usar identificaciones falsas.
Ya no tendrán el peso del mundo en sus jóvenes hombros. Exploren sus pasiones. Aprendan quienes son. Cometan errores, pues tienen el derecho a hacerlo.
Han vivido la increíble presión de la Casa Blanca. Han escuchado las terribles críticas a sus padres de personas que no los conocen. Han estado a su lado cuando sus preciosos padres han sido reducidos a titulares. Sus padres, quienes siempre las han puesto primero y no sólo les han mostrado, sino que dado el mundo.
Como siempre, las estarán apoyando al iniciar este nuevo capítulo. Y nosotras también.
¡Vaya que ejemplo de empatía y solidaridad!
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