Cuando oscureció y la lluvia torrencial no había parado, la tripulación del helicóptero debió perder altura y regresar al punto de partida antes que se hiciera de noche.
Un fotógrafo y un experto de los bosques se encontraban sobrevolando por el estado noroccidental de Acre, cuando se encontraron con algo fantástico: una tribu indígena aislada cerca de la frontera de Perú.
“Es como encontrar una aguja en un pajar. Pura suerte”, dijo el sorprendido fotógrafo Ricardo Stuckert, que registró el encuentro en impresionantes fotos que pronto editará.
El profesional viajó al pueblo Caxinauá, en Acre, para tomar unas fotos para su libro “Indígenas brasileños”, que documenta la rutina de 12 tribus del país y será publicado el 19 de abril de 2017 (Día del Indígena en Brasil).
La obra cuenta con la colaboración de un experimentado conocedor de los bosques y servidor de la Fundación Nacional del Indígena por más de 40 años, José Carlos Mairelles. Los dos decidieron ir a echar un vistazo al área boscosa circundante.
“Después de la lluvia, fuimos y vimos algunas chozas de paja. Estábamos volando muy rápido, pero vimos plantaciones y decidimos volver. Encontramos a la tribu y empezamos a fotografiar”, cuenta Stuckert.
Cuando los percibieron, los indios los identificaron como una amenaza y decidieron dispararles docenas de flechas. El mismo Meirelles considera algo invasivo el vuelo de la aeronave tan cerca de la comunidad, aunque sólo fuera por un espacio de 7 minutos.
“Es un registro importante, pero es una agresión”, dice Meirelles. “Por lo tanto, tenemos cuidado de no volar más bajo para no asustarlos tanto. Por otro lado, el mundo tiene que saber que existen y que necesitamos políticas para conservarlos”.
La tribu ha sido identificada como “indígenas de Maíta” porque vive cerca del río del mismo nombre, y su población es de 300 personas, lo que es un número grande para un pueblo aislado.
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