La violencia contra los animales tiene muchas formas: pegarles, gritarles, no darles de comer, no asearlos, descuidarlos, etcétera. A continuación veremos el caso de un animalito sometido a una violencia más naturalizada y que tiene que ver con costumbres tan arraigadas como cortarles las colas, las orejas y obligarlos a usar ropas inadecuadas.
Recientemente un usuario publicó la foto de su perro pintado con los colores de la bandera de Colombia, y las redes sociales se encendieron -debo decir- con justa razón:
Fernando Villanueva decidió pintar a su perro de amarillo, azul y rojo para expresar su apoyo a la selección de su país durante la Copa América.
Así es: en lugar de mostrar su apoyo colgando una bandera o, incluso, pintándotela en tu propia cara o cuerpo, decidió abusar de su indefenso cachorro y ponerle pinturas que pueden ser tóxicas encima.
La pintura le puede ocasionar úlceras en la piel, caída de pelo, intoxicación y muerte por asfixia a los animales, especialmente a los más pequeños. Sus disolventes, los pigmentos y diversos aditivos son productos que afectan nuestra salud, la de los animales y al medioambiente.
Hay que aprender que los animales tienen libertad, dignidad y no son nuestro juguete.
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