La menta, especialmente cuando se consume en infusiones, tiene excelentes propiedades que ayudan a nuestra salud y bienestar. Pero, más allá de sus efectos digestivos, expectorantes y relajantes que son bien conocidos, es una planta bien versátil cuyo cultivo en casa nos traerá sólo cosas buenas.
Dado que no necesita cuidado y se puede cultivar a partir de esquejes, es una planta que necesita poco esfuerzo, especialmente en comparación con los beneficios que trae. Aquí te presentamos tres formas en que la menta puede ayudarte a terminar con plagas no deseadas.
#1 Deshazte de ratones y ratas
Los roedores tienen un olfato muy desarrollado, sensible al aceite esencial de la menta. Bastan unas cuantas hojas machacadas para despedirse de estas infecciosas criaturas. La clave es poner estas hojas en lugares donde las ratas y ratones estén entrando a la casa (guíate por arañazos o montañitas de excremento que los delaten). Cuando encuentres su acceso, esparce ahí las hojas machacadas con generosidad, y problema resuelto.
#2 Di adiós a las arañas
El aceite de menta, una solución concentrada extraída de la planta, sirve para estos efectos. Mezcla una parte de aceite de menta con nueve partes de agua en un frasco con pulverizador, y aplícalo en todas las zonas donde se cuelan los arácnidos. Repítelo una vez cada dos días y pronto estos bicharracos se habrán marchado para siempre.
#3 Olvídate de las pulgas
Las pulgas también le tienen aversión a la menta, por lo que puede ayudarte a alejarlas de tus mascotas. Este es un truco que funciona mejor con perros: llena un saco de tela con hojas de menta y ponla sobre la cama de tu mascota. La idea es que entre en contacto con su pelaje para que, en un par de noches, las pulgas huyan y tu perro deje de rascarse.
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