Llevar un calzado cómodo y que luzca bien puede hacerte la diferencia entre un día de dolor o de complicaciones, y una jornada excelente. A continuación te enseñamos unos trucos que te ayudarán no sólo a mejorar el aspecto de tu calzado en unos pocos pasos, sino también a volverlos más cómodos para que algo tan sencillo como caminar no te sea una complicación.
Si tu calzado de cuero te queda apretado, ponte unos calcetines gruesos y dale con el secador para suavizar y soltar el cuero. Gracias a los calcetines y al calor, se estirará.
Si usas tacones, une el tercer y cuarto dedo de tu pie y conseguirás más equilibrio además de aliviar la presión sobre la planta del pie.
Si tienes pies sudorosos, usa una toalla higiénica como plantilla. Se empapará y ayudará con el mal olor. Tan increíble como efectivo.
Si las suelas de tus zapatos son muy suaves y hacen que te resbales, ráspalas con papel lija para no deslizarte más.
Si tu calzado nuevo roza e irrita tu piel, aplica desodorante en barra.
Si es demasiado tarde y tus zapatos te hicieron ampollas, mete los pies en té negro. Te aliviará el dolor y prevendrá infecciones.
Rocía un poco de limpiador de cristales en tus zapatos de charol para que queden como nuevos. Déjalos secar y luego frótalos con un paño.
Si limpiamos nuestras zapatillas blancas con quitaesmalte de uñas, quedarán como nuevas.
Si los pies se te resbalan dentro de tus zapatos, pon un poco de laca para evitarlo. Funciona también con chalas o chanclas.
Si se te mojan los zapatos, pon papel de periódico en su interior para que se sequen mucho más rápido.
Si un calzado te queda muy justo, pon bolsas herméticas con agua en su interior y mételos al congelador. Cuando el agua se congela, se expande y el volumen del hielo hará que el zapato se expanda también.
Transforma tu calzado primaveral en uno para el otoño usando una plantilla más calentita, por ejemplo, con pelo o de polar.
Si tienes dolor en los pies, haz algo de reflexología en casa: pasa los pies descalzos sobre una pelota de tenis. Una gran manera de relajarse después de un pesado día.
El increíble bicarbonato de sodio ataca de nuevo. Puedes usar una pizca de este versátil elemento en tus zapatos, para deshacerse de toda clase de malos olores que acumulen.
Si sales a hacer deporte y no sabes dónde guardar tus llaves, átalas en los cordones de tus deportivas.
Si vas a viajar, el calzado te servirá para guardar cosas en su interior antes de meterlo en la cartera o el bolso.
Con un cepillo de dientes y vinagre, elimina la suciedad del cuero y déjale un bonito brillo.
Usa los churros de gomaespuma de piscinas para mantener la forma de las botas altas.
Con una varilla de algodón y vaselina, puedes arreglar los arañazos en tus zapatos de cuero.
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